Los jóvenes argentinos que son propietarios alcanzan apenas un 10%, mientras que la mayoría considera como un sueño lejano la posibilidad de acceder a una vivienda propia, de acuerdo con una encuesta realizada por la red inmobiliaria Zonaprop.
Al indagar en el interés para adquirir un inmueble de usuarios de la plataforma de entre 18 y 41 años, el relevamiento arrojó que el 68% invertiría en este tipo de bien si tuviera la posibilidad, por encima de opciones cómo viajar, alquilar o poner un negocio. En tanto que un 94% sostuvo que apostar al ladrillo continúa siendo el mayor resguardo de valor.
A pesar del alto grado de preferencia por buscar tener una casa propia, el 63% considera que es muy difícil llegar a comprar un inmueble y solo el 15% considera que con ahorros y esfuerzos es posible alcanzar la meta.
El 10% que actualmente son propietarios se divide entre quienes compraron (32%) y heredaron (68%). Los que compraron, la mayoría lo hicieron con sus ahorros (67%) o con un crédito hipotecario (22%).
La encuesta reflejó que entre los principales desafíos que enfrentan los que aspiran a comprar un inmueble, está encontrar precios relativamente bajos (70%) y contar con la documentación necesaria (57%). Le siguen conseguir una ubicación segura (30%) y que la unidad esté en buenas condiciones (28%).
Por el contrario, entre los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de comprar o alquilar una propiedad, el 80% delos encuestados concuerdan en que la ubicación encabeza la lista de prioridades, mientras que el 55% también pone mayor atención al estado de la vivienda.
El trabajo también reveló que el 87% consigue sus ingresos económicos a través de su trabajo, ya sea en relación de dependencia o de manera autónoma.
Además, el 42% de los encuestados consideró que lo más difícil de vivir solo o en pareja es encargarse de los gastos, sin embargo, entre los aciertos está lograr independencia (27%), alcanzar crecimiento personal (23%) y tener mayor libertad para tomar decisiones (20%).
Las personas menores de 40 constituyen el mayor reto que tiene el sector inmobiliario por delante. Y es que si bien son el colectivo que más participa en el mercado, también son el que mantiene una relación con la vivienda cada vez más complicada.
Como señalan diversos analistas, la precariedad laboral y la dificultad para ahorrar son los principales obstáculos que los jóvenes tienen para la compra de vivienda en la actualidad.
”INQUILINIZACIÓN”
De acuerdo con los datos del último Censo de población y vivienda de 2022, solo el 65% de la población argentina es propietaria de su vivienda, una disminución de 10 puntos porcentuales desde 2010.
Especialmente en la ciudad de Buenos Aires, la proporción de propietarios descendió a apenas la mitad de la población, o sea un 50% de la población tiene una vivienda propia y creció fuertemente la inquilinización en los últimos 15 años.
“Una de las causas que explicaría este fenómeno es la imposibilidad de pagar una vivienda en el largo plazo”, explicó Pablo Roviralta, presidente de la Fundación Tejido Urbano, ilustrando la problemática con la peculiaridad local donde, metafóricamente, “las zapatillas se compran en cuotas y los departamentos en efectivo”
A lo largo de su historia, el país registró escasos períodos de acceso masivo al crédito hipotecario. Aunque en el imaginario colectivo persiste la idea de un mayor acceso durante los años ‘90, los niveles de penetración eran entonces bajos en relación con otros países de América Latina.
La Argentina atraviesa desde hace años una crisis habitacional, por la falta de viviendas para alquilar y el escaso acceso a créditos hipotecarios para adquirir una vivienda propia. En ese escenario, se suma la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y el aumento de los precios de alquiler, lo que según un informe deriva en que el 42% de las personas inquilinas se endeudan para pagarlo.
Así lo indica un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), realizado en conjunto con referentes de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), Techo y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
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