Frente a la enorme incidencia de la obesidad infantil en el país, la Sociedad Argentina de Pediatría lanzó un documento donde pide a los bufetes que dejen de ofrecer a los estudiantes alimentos nocivos para su salud.
En medio del vertiginoso aumento de la obesidad infantil -que alcanza ya al 10% de los niños menores de 5 años y ubica a Argentina a la cabeza de los países de la región- los pediatras lanzaron una fuerte advertencia a los kioscos escolares por el tipo de productos que ofrecen a los niños y el papel fundamental que podrían cumplir para poner freno a la situación.
A pesar de la diversas medidas impulsadas en los últimos años, tanto a nivel provincial como nacional, para promover que los entornos escolares ofrezcan una alimentación más saludable, la realidad es que la mayoría de los productos ofrecidos en ellos siguen siendo de una pésima calidad nutricional y en muchos casos hasta nocivos para la salud.
Un estudio realizado el año pasado por la Fundación Interamericana del Corazón junto con la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran) puso en evidencia que el 96,29% de la oferta de alimentos envasados que ofrecían los kioscos escolares eran productos ultraprocesados.
De acuerdo con el relevamiento, los productos que se ofrecían más frecuentemente en los kioscos escolares consistían en golosinas (en el 100% de los establecimientos relevados), galletitas (91,18%), bebidas envasadas (88,24%), snacks dulces y salados industrializados (85,29%), cereales azucarados y barras de cereales (82,35%). De los productos ofrecidos, un 88,3% contenía al menos un nutriente crítico en exceso y/o edulcorantes o cafeína.
Y el 41,2% de los kioscos presentaba además publicidad de productos procesados y ultraprocesados, en su mayoría de helados, combos promocionales (como panchos con papas fritas) y bebidas azucaradas.
El trabajo en las escuelas de Junín
En diálogo con Democracia, la consejera escolar Analía Gutiérrez dio detalles del proyecto que se lleva a cabo: “-Etiquetas = +Salud”, destinado a los responsables de kioscos escolares, directivos de escuelas y estudiantes pertenecientes a Consejos Estudiantiles.
“Nosotros creemos que los cambios tienen que ser paulatinos, con educación alimentaria, no se trata de hacer desaparecer alimentos. Se trata de brindar herramientas que permitan a los chicos poder elegir conscientemente”, resaltó.
Según detalló, la idea del programa “surge a partir de la Mesa de trabajo mantenida por el Consejo Escolar de Junín con personal del Observatorio Nutricional perteneciente al Municipio y de información obtenida a partir de la observación de los kioscos escolares y del diálogo con directivos de escuelas”.
Es decir, busca garantizar el derecho a una alimentación adecuada, saludable y nutritiva de quienes asisten a escuelas públicas del distrito y promover en los kioscos la oferta de alimentos y bebidas saludables, que vayan reemplazando a los productos ultraprocesados e incluya alimentos de buena calidad nutricional.
De hecho, a través de las redes sociales actualizan las actividades que se realizan en ese sentido, bajo el rótulo '-Etiquetas = +Salud': “Seguimos trabajando con Proyectos articulados, en esta oportunidad con la Dirección de Educación, el Observatorio Nutricional, Bromatología y Medio Ambiente del Gobierno de Junín. Abordamos la alimentación saludable en los entornos escolares, especialmente en los kioscos. Gracias a los responsables de kioscos escolares, directivos, docentes y miembros de la Asociación Cooperadora por la participación.”
En otra jornada, desde el Consejo publicaron: “Día de recorrido por los Kioscos Escolares. Seguimos realizando acciones articuladas para la mejora de los entornos escolares, en clave de alimentación, salud y cuidado. Brindamos un espacio de diálogo, escucha, acompañamiento y asesoramiento a partir de las evidencias observadas. Agradecemos al Municipio de Junín por brindarnos los recursos humanos del Observatorio Nutricional, quienes además hicieron partícipes a las Nutricionistas Residentes. Felicitamos a quienes se han sumado con compromiso y con ideas”.
Asimismo, las acciones que llevan a cabo incluyen la promoción y difusión del Curso Abordaje Integral del SAE: capacitación en manipulación de alimentos y alimentación saludable destinada a las y los trabajadores del Servicio Alimentario Escolar y auxiliares de escuelas; el diseño de material gráfico para ser difundido en las Instituciones Educativas; la organización de reuniones y mesas de trabajo con los responsables e invitados al proyecto; la realización de charlas sobre la alimentación en el entorno escolar: SAE y Kioscos escolares; la promoción de actividades articuladas y abiertas a la comunidad en fechas claves como: Día del celiaquismo, Día Internacional de la Diabetes y otras que estén relacionadas a la salud y la alimentación.
El reclamo de la Sociedad Argentina de Pediatría
Frente a esta realidad, la Sociedad Argentina de Pediatría hizo público en las últimas horas un documento donde destaca la importancia de los entornos escolares para mejorar los hábitos alimentarios de los chicos y pide que los kioscos que funcionan en ellas reemplacen los alimentos y bebidas con sellos por otros que no los tengan, como frutas, licuados o preparaciones caseras.
Con todo, la pronunciación de la sociedad profesional no carga a la comunidad educativa toda la responsabilidad.
En ella también se insta a las familias a que envíen a los niños a la escuela con productos que no tengan rótulos nutricionales, priorizando alimentos caseros, frutas y agua.
”Nos encontramos con que más del 40% de la población mundial tiene sobrepeso y, en nuestro país, según datos de la 2da Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENNyS 2), el 13,6% de los menores de 5 años presenta sobrepeso y el 41,1% de los niños y jóvenes de entre 5 y 17 años tiene sobrepeso (20,7%) u obesidad (20,4%), con una mayor prevalencia en varones”, describe la médica pediatra Susana De Grandis, especialista en Nutrición Infantil e integrante del Comité Nacional de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Para su colega, la pediatra María Guinot, especialista en Actividad Física y secretaria del Grupo de Trabajo en Salud Escolar de la SAP, “en el aumento vertiginoso de la obesidad infantil mucho tienen que ver los cambios en los estilos de vida, la industria alimentaria y la publicidad”.
“Vemos chicos que ya a edades tempranas han desarrollado hábitos alimentarios poco saludables, que incluyen alimentos ultraprocesados, comidas de alta densidad energética y con grandes porciones, y bajo consumo de frutas y verduras. Mientras que disminuye la actividad física a causa del advenimiento de las pantallas, entre las que incluimos al celular, los televisores y las computadoras”, sostiene Guinot.
La epidemia de obesidad infantil ubica a la Argentina en un penoso primer lugar. De acuerdo con el último informe del Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 10% de los niños argentinos menores a cinco años padecen obesidad, lo que hace que nuestro país encabece el ranking regional.
Iniciativas
La incidencia que tienen los entornos escolares en la alimentación de los chicos constituye un factor identificado desde hace años por nutricionistas y pediatras que ha sido objeto de numerosas iniciativas destinadas a poner freno al aumento de la obesidad entre la población infantil.
Solo en lo que va del siglo, se aprobaron varias leyes y proyectos en esta dirección: la ley nacional 26.396 que promueve un ambiente escolar saludable mediante el desarrollo de estándares alimentarios en sus comedores (sancionada en 2008), un proyecto para establecer la “comercialización de alimentos saludables en todos los kioscos y bufetes de establecimientos escolares bonaerenses” (aprobada por la Cámara de Diputados en 2014) y el Programa Nacional de Alimentación Saludable y Prevención de la Obesidad (creado por decreto del Ministerio de Salud de la Nación en 2016) son algunos de los ejemplos de esfuerzos que, en vista de la situación actual, no parecen alcanzar.
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