Llegó el verano, y con él las tan ansiadas vacaciones. Es momento de repasar las precauciones que debemos tomar al momento de refrescarnos en alguna piscina o en la playa.
Una de las molestias más frecuentes en esta época es la otitis externa, una infección se produce por el contacto con el agua y está asociada al tiempo de permanencia en ella. Además, recordemos que para mantener el agua limpia, por ejemplo, de piscinas, se deben usar productos químicos, los cuales hacen que la piel pierda su integridad y se irrite junto con las conjuntivas de los ojos y mucosas.
La otitis se produce por una alteración de la barrera natural de la piel que recubre el conducto auditivo externo, que es la continuación del pabellón auricular; tiene una forma de tubo y conecta la oreja con la membrana timpánica.
El conducto está formado por hueso y cartílago que está cubierto por piel, con un pH ácido, cuya función es de protección.
El síntoma más común es el dolor intenso de oído, que aumenta al presionar la zona afectada. La maniobra para detectar este cuadro se llama maniobra de Bachert y consiste en presionar el trago (la “tapita” de la oreja) con el dedo índice.
En caso de despertar una molestia o dolor, podemos suponer que existe un cuadro de otitis. A la inspección, con un otomicroscopio, se puede observar edema, enrojecimiento y, en ocasiones, cierta secreción, pues la piel puede sufrir laceraciones y resquebrajamientos. Estas lesiones actúan como puerta de entrada para las bacterias, con el consiguiente cuadro de infección.
Las otitis externas son más frecuentes en personas que practican natación, en los lugares de climas cálidos y húmedos y, sobre todo, en los niños. Ellos son los más afectados, pues pasan mucho tiempo con la cabeza sumergida en el agua, además de no secarse bien la zona cuando salen de la piscina o del mar. La otitis externa representa aproximadamente del 15 al 20 % de las consultas médicas. Suele ser un cuadro muy molesto; no se trata de una patología grave, pero es incómoda.
Cuáles son los síntomas de la otitis externa
- Dolor en la zona afectada (en ocasiones, incluso con el mínimo roce con la almohada)
-Dolor al masticar
-Calor intenso en la zona
-Sensación de oído tapado
-Picor en el canal auditivo
-Secreción de líquido claro y sin olor
-Presencia de adenopatías (inflamación de los ganglios de la zona cervical)
En caso de tener una otitis externa, se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Intentar mantener los oídos secos, secándolos siempre con suavidad
-Se puede secar el conducto con algo de viento, proveniente de un secador de cabello (con aire frío)
-Al salir de la piscina, se pueden colocar gotas prescritas por el médico
-Se puede preparar una solución de partes iguales de alcohol y vinagre en un gotero, que alivia mucho el dolor.
En caso de tener dolor intenso, se debe consultar al médico y, ante la repetición de cuadros de otitis externa, al especialista en otorrinolaringología.
El tratamiento es local; también se pueden indicar analgésicos y antiinflamatorios, un antibiótico si hubiera infección, y corticoides por vía oral, que ayudarán a desinflamar la zona y, de esta manera, aliviar el dolor.
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