El índice de pobreza trepó al 39,2% de la población económicamente activa al cierre del segundo semestre del año pasado, por encima del 37,3% de igual período del 2021, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), y el empeoramiento de las condiciones de vida tiene su correlato en Junín.
En efecto, el secretario de Desarrollo Social del municipio, Manuel Llovet, afirmó a Democracia: "En los últimos meses, un caso notorio tiene que ver con los pedidos por parte de las familias a las cuales, por ejemplo, se les está haciendo muy difícil pagar el alquiler, esto, debido al incremento en los mismos, que en los últimos meses superó el 90%". Y el funcionario agregó: "La actual situación nos obliga a redoblar los esfuerzos, a monitorear la situación social de la ciudad porque, obviamente, la situación del país está impactando en ciudades como la nuestra. El trabajo diario hoy se redobla por esta situación, porque no queremos dejar de llegar a ninguna familia que lo necesite".
Llovet informó que "hoy existe un importante trabajo en red y el trabajo de nuestras asistentes sociales en todos y cada uno de los barrios, como así también la articulación con instituciones de la comunidad, nos permite estar alerta y dar respuesta ante la necesidad de algún vecino o familia". Con respecto a la ayuda social que brinda el municipio, estos son algunos números: 4000 alumnos almuerzan en las escuelas: 11.311 niños meriendan y desayunan, de manera reforzada, en las escuelas; 10.668 alumnos reciben módulos alimentarios a través de las escuelas; 3000 familias reciben módulos reforzados de alimentos, a través de la cartera de Desarrollo Social municipal.
“Hoy, Anses no está realizando el pago de garrafas, por ende, desde el municipio se está haciendo entrega de más de 1000 garrafas”, informaron desde el área. “Diariamente se gestionan subsidios y ayudas económicas, generalmente, para personas con discapacidad, adultos mayores y familias en situación de extrema vulnerabilidad social. También se asiste a personas que tienen problemas de salud, para la compra de medicamentos o bien, a familias para que puedan acompañar a alguno de sus miembros, que está internado en otra ciudad”, agregaron.
Otras de las asistencias que brinda el municipio son: entrega de materiales, ropa, colchones y ropa de hogar.
Rizzo: “Los sectores vulnerables están contenidos”
Paola Rizzo, titular del Centro de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, afirmó a Democracia: “Por supuesto que estos índices no los desconocemos, es un problema que nos sensibiliza a todos y es donde mayor hincapié se hace, fundamentalmente en Provincia y Nación. Por eso implementamos políticas públicas tendientes a reducir y tratar de paliar los impactos que generan las desigualdades”.
Y agregó: “A través del programa Potenciar sabemos que tenemos a mucha gente incluida, que realiza una contraprestación, con trabajos en articulación con empresas privadas o finalizando sus estudios formales. En Junín, a través del Taller Mario Meoni, hemos logrado construir un puente entre el taller y el trabajo formal. La política pública del tren le dio a mucha gente la posibilidad de trasladarse con precios accesibles. Tenemos el programa Progresar, que al elevar el mínimo del impuesto a las ganancias, permitió el acceso a muchísimas niñas y niños en la asignación universal, todo esto reduce los impactos. Tenemos políticas de la Provincia, hemos llevado guardapolvos y útiles a las escuelas, de manera silenciosa”.
“El programa Acompañar para víctimas de violencia. Y dentro de nuestro trabajo cotidiano estamos permanentemente caminando y acompañando a las familias en sus necesidades. Así, se va encontrando una respuesta a cada una de las problemáticas. Por supuesto que no estamos en una situación óptima, pero sí estamos en un camino de crecimiento y desarrollo”, dijo.
“Nadie quiere que nuestra gente viva mal, o que le cueste llegar a fin de mes, o que vaya al super y no le alcance, pero también tiene que ver con la conciencia que todos tenemos que tener. Los precios se disparan por una especulación, que es difícil de parar. Necesitamos un poco de responsabilidad de cada uno”, consideró.
“El programa Mi pieza tuvo un alto impacto, con muchísimas mujeres que han entrado en el sistema, compran los materiales acá, contratan la mano de obra en la ciudad. La segmentación para la luz y el gas también es una política pública que reduce los impactos, fortalecer los sistemas públicos de salud, de educación, son todas metas que ayudan mucho y se trabaja mucho en función de eso”, destacó.
“No noto un incremento en la demanda y creo que eso tiene que ver con la cantidad de políticas públicas diseñadas para atender estas problemáticas. Entonces, de una u otra manera, los sectores más vulnerables están contenidos. La demanda se nota en esto, en poder articular a la persona con el Estado”, afirmó.
“El hecho de que no haya conflictividad no tiene que ver con el dar, como ese mito que sobrevuela en la idea de la gente, de que se le da todo a un sector, sino que se les facilita el acceso a algunas cuestiones, que a su vez generan un circuito económico en las ciudades, que favorece la economía local, como por ejemplo fortalecer a un emprendedor, facilitarle el acceso a una herramienta, proveer un plan social para que pueda insertarse en un sistema laboral, eso no es dar, eso es facilitar y fortalecer.
Números que duelen en el país
Como se dijo, el índice de pobreza alcanzó al 39,2% de la población económicamente activa al cierre del segundo semestre del pasado año, por encima del 37,3% de igual período del 2021, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
En tanto, el índice de indigencia, entendida esta como la porción de pobres cuyos ingresos no alcanzan para comprar la cantidad mínima de alimentos para subsistir, se ubicó en 8,1% entre julio y septiembre del año pasado, frente al 8,8 % de igual período del 2021.
En lo que respecta al primer semestre de 2022, cuando el índice de pobreza fue de 36,5%, el 39,2% del segundo semestre también fue mayor. En tanto, el nivel de indigencia casi no registró variantes ya que en el segundo semestre terminó en 8,1% contra el 8,2% del primer semestre. Con una población estimada en 46,2 millones de habitantes, estas cifras implican que 18,1 millones de personas están por debajo de la línea de la pobreza y, dentro de ellos, 3,7 millones son indigentes.
El Indec dio cuenta de que la pobreza afecta más al grupo etario comprendido entre 30 y 64 años, con un nivel del 37,8%, y entre los recién nacidos y adolescentes de hasta 14 años, con el 31,7%.
Algo similar ocurre con los indigentes, donde los mayores de entre 30 y 64 años explican el 36,7% de los comprendidos dentro del índice de pobreza. Este aumento en la tasa de pobreza se dio en medio de una inflación del 94,8% en 2022, con un crecimiento del 5,1% de la economía, y una tasa de desocupación que bajó del 7% a finales del 2021, al 6,3% en el último trimestre de 2022.
Por regiones, las provincias del Noroeste y del Noreste encabezaron la tabla del Índice de pobreza con porcentajes del 43,6% y 43,1%, respectivamente. En orden decreciente se ubicaron luego las provincias de la región Cuyo, con el 39,6%; el Área Metropolitana Buenos Aires -Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense-, con el 39,5%; la zona Pampeana, con el 36,3%; y la Patagonia, con el 34,7%.
Un dato contrastante en la región del AMBA o Gran Buenos Aires fue que el índice de pobreza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue de 16,1% en el segundo semestre de 2022, mientras que en lo partidos del conurbano bonaerense se ubicó el 45%. Por ciudades, el mayor porcentaje de índice de pobreza se registró en Concordia, Entre Ríos, con el 55,2%; seguido por Resistencia, Chaco, con el 54%; Santiago del Estero, con el 46,5%; San Luis y Corriente, ambas con el 45,2%.
En lo que respecta al nivel de índigencia, el mayor número correspondió a Resistencia, con el 14,4%; seguida por Formosa y Santa Rosa, La Pampa, ambas con el 13,2%; y Concordia, con el 11,1%. En el segundo semestre de 2022 el porcentaje de hogares que se ubicaron por debajo de la línea de pobreza fue del 29,6%, donde residen el 39,2% de las personas comprendidos en esta situación. Dentro de este conjunto se distingue un 6,2% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 8,1% de las personas.
Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos relevados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), por debajo de la línea de la pobreza se encuentran 2.928.152 hogares, mientras que 614.043 hogares están por debajo de la línea de indigencia.
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