El calentamiento global, en el ojo de la tormenta
Alertaron que estamos muy cerca de cruzar un peligroso límite
Los últimos ocho años fueron los más cálidos desde que se tienen registros en el mundo, confirmó ayer jueves la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de las Naciones Unidas, pese a la persistencia del fenómeno de La Niña que permitió moderar de forma temporal los efectos del calentamiento climático.
Los principales datos internacionales compilados por la OMM apuntan que las causas del calentamiento global se deben a “las concentraciones cada vez más elevadas de gas de efecto invernadero y el calor acumulado”, señaló el organismo de las Naciones Unidas en un comunicado.
El informe publicado ayer confirma las conclusiones del programa europeo sobre el cambio climático Copernicus, publicado esta semana, y las de la oficina meteorológica de Estados Unidos (NOAA) y la NASA, difundidas también ayer.
En 2022, la temperatura mundial media fue de alrededor de 1.15 grados por encima de los niveles preindustriales y fue el octavo año consecutivo en el que las temperaturas anuales mundiales fueron superiores en al menos un grado a los niveles observados entre 1850 y 1900.
De los últimos ocho años, el más caluroso fue 2016, seguido por 2019 y 2020, según indicó la agencia de noticias AFP.
El Acuerdo de París sobre el clima, concluido en 2015, instó a limitar el calentamiento global a 1.5 grados, lo que, según los científicos, permitiría frenar los impactos del cambio climático. Sin embargo, la OMM advirtió ayer que “la probabilidad de, temporalmente, cruzar el límite de 1.5 grados aumenta con el tiempo”.
El informe también indicó que gracias al fenómeno meteorológico de La Niña, que tiende a hacer bajar la temperatura de los océanos y que persiste desde 2020, el calentamiento “se ha contenido un poco”.
Hoy, hay aproximadamente un 60 % de probabilidades de que La Niña se mantenga durante los meses de enero a marzo de 2023, y después de ese período deberían instaurarse unas condiciones neutras, marcado por la ausencia de La Niña y de su opuesto, El Niño.
En la misma línea, la agencia de Naciones Unidas advirtió que en todo el planeta el impacto de La Niña sería “a corto plazo” y “no invertirá la tendencia del calentamiento a largo plazo causada por los niveles récord de gas de efecto invernadero que atrapan el calor en nuestra atmósfera”.
En 2022, varias zonas registraron temperaturas récord: las regiones polares, así como amplios sectores de Oriente Medio, China, Asia Central y el Norte de África. Por su parte, Europa tuvo su segundo año más cálido jamás registrado: España, Francia, Reino Unido e Italia superaron sus récords de temperatura media, había indicado el programa Copernicus.
El año pasado, “estuvimos confrontados a varias catástrofes meteorológicas dramáticas que causaron demasiadas víctimas, destruyeron medios de subsistencia y socavaron el acceso y las infraestructuras en materia de salud, alimentación, energía y agua”, aseguró el jefe de la OMM, Petteri Taalas, en el comunicado.
El responsable recordó las inundaciones mortíferas que anegaron un tercio de Pakistán y alertó contra la “catástrofe humanitaria” en el Cuerno de África, víctima de la sequía desde hace varias temporadas.
“En la actualidad, solo la mitad de los 193 Miembros de la OMM dispone de servicios adecuados de alerta temprana, lo que agrava el balance de pérdidas económicas y humanas”, advirtió Taalas.
La OMM también había identificado condiciones más secas de lo habitual en la Patagonia, en América del Sur, y en el suroeste de América del Norte.
“Desde los años 1980, cada década ha sido más cálida que la anterior” y la temperatura media en la década entre 2013-2022 fue de 1,14 ºC por encima de la referencia preindustrial, frente a los 1,09 ºC entre 2011 y 2020, estimó el Panel de Expertos de la ONU sobre el Cambio Climático (IPCC).
Frente a los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, Taalas insistió en que es necesario “reforzar la preparación”. En ese sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció en la COP27 un plan de más de 3.000 millones de dólares para que todo el mundo esté cubierto por sistemas de alerta precoz de aquí a 2027.