Destacan que la actividad propia del ciber es menor.
SE DIVERSIFICAN LOS SERVICIOS OFRECIDOS

El presente de los cibers juninenses: cómo se reinventaron tras su época dorada

El antes y el después para el sector, las nuevas estrategias de negocio y los atractivos para la clientela. En el horizonte, las expectativas están puestas en actividades aledañas, y el auge de los juegos en red ya no es tal. Un recorrido por un histórico local de barrio, Ciber Iron.

A pesar de ser un negocio de otra época, que tuvo su etapa de oro hace 15 años, el ciber ha demostrado estar siempre a la vanguardia. Es un rubro que supo reunir a los niños, jóvenes y adultos en torno a las computadoras y que, además, funcionó como espacio de socialización. 

El auge de internet, el correo electrónico, las redes sociales y los juegos en línea fueron, históricamente, sus puntos de apoyo. Sin embargo, en un mundo donde cada persona lleva un celular de última generación en su bolsillo y, en muchos casos, cuenta con su computadora personal en su casa, el ciber debió, indefectiblemente, renovarse. Entre la diversificación de los servicios ofrecidos, y los trámites y turnos digitales, luego de la pandemia se abrió una nueva etapa.

Democracia visitó uno de los primeros cibers que tuvo la ciudad, y que aún está en actividad, Ciber Iron. Su dueño, Matías Giagante, abre sus puertas, en Avenida República 569, desde hace 18 años, y adapta el negocio a la época actual. “Acabo de renovar el contrato de alquiler”, destacó, y dio detalles de cómo trabaja un ciber en 2022.

Pioneros

Corría el año 2004, era el boom de los cibers en el país, e internet daba sus primeros grandes pasos hacia su uso generalizado, con fines no sólo operativos, sino lúdicos y de esparcimiento. Fue ese año cuando abrió sus puertas Ciber Iron, un proyecto de barrio que creció y que, 18 años más tarde, aún trabaja a diario.

“Fuimos uno de los primeros cibers que abrió en Junín”, explicó su dueño que, sin embargo, poco tiempo después vio muchos otros emprendimientos que surgieron a la par, y la ciudad pronto se convirtió en una zona interconectada.

El modelo de negocios inicial era el tradicional. “Nos basábamos en el alquiler de máquinas con servicio de internet y juegos en redes”, explicó. Además, al igual que otros tantos cibers locales, también contaban con un quiosco y un centro de copiado.“Eso era secundario, la actividad principal era el alquiler de computadoras”, agregó.

Asimismo, entre los embates al sector que significaron los nuevos patrones de consumo e, incluso, la notable expansión de los smartphones y las computadoras personales,

Matías no ha dejado de abrir sus puertas cada día. “Es una vida ahí dentro, el ciber es mi casa”, expresó, y recordó cómo se trabajaba en los mejores años.

Es que, según estima, entre 2004 y 2010 fue la época de oro de los cibers. “Llegamos a tener 25 máquinas en actividad y teníamos gente esperando, había días en que no dábamos abasto”, explicó. En algunos casos, los clientes podían pasar hasta 5 horas frente a la computadora, atraídos por los juegos en red y atendidos por el quiosco de Ciber Iron. La vida también transcurría allí, y no era menos que otro espacio de socialización.

Reinvención

Si bien es un ámbito que ha visto descender su nivel de actividad en los últimos años, Giagante sostiene que “la pandemia fue un antes y un después” para su ciber. Es que, previo a la emergencia sanitaria, la mayoría de su clientela era joven y asistía para jugar en red y, además, recibían a adultos que consultaban sus redes sociales a diario. 

Sin embargo, los protocolos de prevención dispuestos contra el covid restringieron su actividad principal, el uso de las máquinas, y hubo que buscar una alternativa viable.

“Nos aggiornamos e incursionamos en los trámites digitales”, explicó Matias, y lo describió como “un volantazo sobre la marcha para no quedar atrás”, porque el proyecto de toda su vida estaba en jaque. “O cerraba las puertas, o le buscaba la vuelta”, señaló.

De ese modo, comenzaron a tramitar permisos de circulación, declaraciones juradas y turnos para los organismos públicos. En definitiva, ponían a disposición su tecnología y prestaban un servicio a los clientes para asistirlos en los trámites obligatorios, con sistemas y plataformas que, para muchos, eran totalmente novedosos.

Además, también trabajaron a la par de la educación virtual. “Dispusimos un teléfono exclusivo para que los chicos mandaran los archivos para imprimir”, destacó Matias, que, rápidamente, veía cómo su negocio de 18 años de historia cambiaba de horizonte.

Presente

“Yo abro todos los días el Ciber Iron, pero el movimiento propio del ciber es muy escaso”, explicó su dueño, que considera que “pasó a ser la actividad secundaria del negocio”, en detrimento de los trámites digitales, las impresiones y la venta de insumos.

Además, señaló que “aún muchas instituciones trabajan con turnos”, y que también se dedica a la impresión de boletas para el pago de impuestos. Detrás de todo, está el empuje de su dueño, que trabaja para que la clientela se sienta a gusto y visite el ciber semanalmente. “Si los chicos tienen que buscar información para la escuela, yo me pongo con ellos así hacemos más rápido”, afirmó, y detalló que “aún se mandan cuadernillos de actividades desde los colegios”, por lo que también se encarga de su impresión.

El panorama actual indica que, efectivamente, la pandemia fue un antes y un después para el sector. El recuerdo de la época dorada quedó anclado en un momento específico, pero no condiciona la subsistencia de un negocio que siempre buscó estar a la vanguardia. Por muchos años, fue el alquiler de computadoras y hoy, es ofrecer el servicio de soluciones para los clientes, ya sea a través de turnos, impresiones, trámites digitales, venta de insumos de computación o boletas para el pago de impuestos. La oferta es completa.

“Trabajamos con muchas personas grandes que no están acostumbradas a manejar los sistemas nuevos”, señaló Matías, que, entre los turnos más solicitados, destacó aquellos “para tramitar el documento y para matrimonio”.

Por su parte, tanto la venta de insumos y accesorios, como la reparación de equipos, que Matías lleva a cabo desde hace muchos años, es otra fuente de ingreso para Ciber Iron.

Diversificarse es el camino elegido por el sector para la subsistencia.

Adelantos tecnológicos y juegos

Trabajar con dispositivos tecnológicos significa adaptarse a las directivas de un mercado cambiante y que avanza de forma vertiginosa. En dicho sentido, el “gaming”, es decir, jugar en red, fue siempre una importante rama de actividad para los cibers, pero Matias lamentó que “tener máquinas para jugar dejó de ser rentable”, puesto que los adelantos son cada vez más veloces y más difíciles de asimilar por el modelo de negocios.

Es que, señala Matías, “en la pandemia se popularizaron juegos que requieren de muy buenas computadoras” que, según estima, cuestan entre 150 y 200 mil pesos. Los nuevos juegos en línea, como el Fortnite y el Counter Strike Go, cuyos gráficos, mapas y desarrollo general es muy complejo, no sólo demandan mayor memoria de las máquinas sino, fundamentalmente, mejores procesadores y placas de video, los elementos más costosos de las computadoras gamers.

“Tener 20 máquinas para que los clientes jueguen Fortnite es poco rentable porque se necesita una gran inversión que no se puede recuperar cobrando 200 pesos la hora”, lamentó Giagante.

Asimismo, en líneas generales, los cibers han atravesado múltiples mutaciones tecnológicas y cambios radicales en los dispositivos, que, precisamente, ha obligado a invertir en mejoras para estar a la altura de lo que demanda el nuevo ecosistema digital. Las computadoras que hoy usan los clientes no son las mismas de hace 15 años atrás, como tampoco los periféricos y accesorios, y ello, lógicamente, demuestra que es un sector que debe invertir fuertemente para estar alineado con las necesidades de los clientes.
Incluso, en pleno 2022, la gran mayoría de las personas tiene un smartphone en su mano y, en algunas familias, hay varias computadoras personales dentro de la casa; por lo que desde el consumo también hubo un cambio significativo. 

No obstante, Giagante destacó que hay ciertas experiencias a las que considera “irreemplazables” y que, precisamente, son características de los cibers. “Ir con tus amigos a jugar y estar todos juntos no es lo mismo que hacerlo con un celular o consola desde casa”, destacó. Es un sector que subsiste entre las experiencias no replicables por los nuevos dispositivos y las soluciones brindadas a las nuevas demandas de una sociedad digitalizada por completo. El ciber es otro de los negocios de antaño que ha sabido reconvertirse para seguir adelante.

Mantenimiento

El desgaste de los equipos es, lógicamente, un efecto esperado de la actividad, pero el costo de su renovación, en tanto se trata del capital con el que cuenta el negocio, es elevado. Es por ello que llevar a cabo tareas de mantenimiento es de suma importancia para los cibers.

“Siempre reparé las máquinas y todos los equipos yo mismo”, destacó Matías, que ha sido el encargado de establecer las redes y llevar a cabo el mantenimiento, actividades de suma importancia para que las máquinas no se deterioren rápidamente. “Una computadora, con el mantenimiento necesario, dura años”, explicó el técnico.

Sin embargo, la principal preocupación en el sector “no es tanto la máquina, sino las actualizaciones del software y los juegos”, que ocupan más memoria y ralentizan los equipos, lo que los condena a su inoperancia y posterior reemplazo. “Para ciertas cosas, la computadora tiene una vida útil”, sentenció Giagante.