Se cumplen diez años de la aprobación de la ley número 26.743, Ley de Identidad de Género, un paso fundamental para todo el colectivo LGBTQI+ (Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales, Queers y más).
Desde la aprobación de dicha ley en Argentina, más de nueve mil personas han rectificado sus datos identificatorios. El 70% de estos cambios optaron por la categoría “femenino” y casi un 30% por la opción “masculino”.
Al respecto, Francesco Fulcheri, oriundo de Junín y hombre trans de 27 años, considera este hecho como un antes y un después.
“El momento en el que decidí hacer un cambio de documento fue el mismo momento en el que pude exteriorizar mi identidad de género. Para mí significa muchísimo, porque hoy me permite llevar el nombre que elegí y el que me representa”, relató Fulcheri.
Por su parte, para el juninense Milo Samperi, también hombre trans -de 24 años- el cambio de género en el DNI le ‘dio la vida’. A pesar de que él ya había modificado su identidad en las redes sociales aún no había hecho ningún trámite oficial.
"Es la identificación como persona ante la sociedad. Es lo mejor que me pasó. Yo ya lo sabía, yo ya lo sentía, en mis redes sociales estaba todo cambiado, pero bueno el DNI ante alguien que no te conoce te da identidad”, explicó Samperi, quien recibió el documento en agosto de 2019.
“Me inyecté la primera dosis de hormonas el 13 de abril de 2019, me operé el 25 de agosto del mismo año y el DNI me llegó al día siguiente. Cuando volví a casa de la operación tenía el DNI nuevo, fue increíble ese momento”, añadió.
En el mismo sentido, Denise Torres, es una activista transexual y con 32 años se convirtió en referente para el colectivo LGBTQI+. Para ella, poder realizar el cambio de género en el DNI le abrió las puertas.
“Significa mucho, te abre las puertas al reconocimiento del Estado de nuestra autopercepción, de lo que queremos ser, de lo que sentimos y de cómo lo queremos expresar ante la sociedad. Me permite por ejemplo votar en los padrones con mi identidad y no pasar el bochorno de que me llamen con mi antiguo nombre y quedar expuesta”, confesó Torres.
Autopercepción
Previo al cambio de género en el documento nacional surge la autopercepción de cada persona, en otras palabras, poder identificar con qué género se sienten representados. Por lo general, esto surge desde muy temprana edad, pero dependiendo de la situación personal que atraviesa cada persona es más o menos fácil poder identificarlo primero para poder exteriorizarlo después.
Fulcheri siempre tuvo clara su identidad de género, sin embargo, no fue tan sencillo demostrarlo. “Nunca tuve problemas con respecto a este tema, siempre fui muy consciente de lo que quería, pero por una cuestión de prejuicios externos e internos siempre fue ocultado”, contó Fulcheri.
De igual manera, le sucedió a Torres, quien en 2013 decidió hacer el cambio de identidad masculino a femenino para reafirmar su identidad autopercibida, pero ’ya a los 6 años se autopercibía nena’.
El caso de Samperi es un poco diferente. Tuvo una infancia y adolescencia complejas puesto que no lograba identificar qué le pasaba.
“Yo sentía que no estaba cómodo, pero no podía identificar por qué. Me pasó mucho de los 10 a los 15 años que variaba mucho con la ropa. Cuando me compraba ropa grande, que es lo que a mí me gusta, me castigaba solo diciendo ‘no, tengo que volver a vestirme de mujer, tengo que ser femenina’, pero esa ropa de mujer me hacía sentir totalmente incómodo. Identifiqué mi género y lo puse en palabras el 5 de febrero de 2019, estando de vacaciones con un amigo en Uruguay. El día que hice el click fue cuando lo veía a él y decía “quiero ser como él, quiero ser un hombre”, relató Samperi.
“Si vos no te querés inyectar hormonas u operar vas a seguir siendo un chico trans, nadie te puede decir hasta donde transicionar”.
La transición
Estas tres personas atravesaron, y están atravesando aún, un proceso de transición para poder ser quienes quieren ser.
“La transición no fue nada fácil porque era el reconocimiento de la familia antes que nada, de que tenían una identidad trans dentro de la familia. El camino fue duro, pero también fue abriendo el camino de la aceptación y de la inclusión, siempre a base de respeto. Fue una transición bastante dura pero que hoy por hoy tiene su final feliz, porque puedo decir que soy una mujer transexual con todas las letras”, expresó Torres.
Fulcheri se encuentra en el medio de esa transición y para él este proceso tiene un lado bueno y uno malo. “Gracias a la testosterona tenemos muchísimos cambios corporales y hormonales. Por parte de lo hormonal es complicado porque estás en una constante pelea de cambios de humor. Y por el lado de lo corporal, es una felicidad constante por el solo hecho que tu cuerpo se está formando para llegar a tu objetivo”, explicó Fulcheri.
Samperi coincide en que no todo es tan positivo, si bien en un inicio “ver los cambios es increíble”, el año pasado sufrió un pequeño altibajo porque sentía que su cuerpo se había estancado en el medio del proceso. “Tienen que entender las demás personas que van a transicionar que es un proceso lento y muy progresivo pero que nos va a llevar a donde nos sentimos totalmente cómodos. Hay que tener la cabeza bien fuerte y estar seguros”, indicó Samperi.
Cada transición es distinta y personal. “Si vos no te querés inyectar hormonas vas a seguir siendo un chico trans, si no te querés operar vas a seguir siendo un chico trans, o sea nadie te puede decir cómo o hasta donde transicionar, cada uno lo hace a su tiempo, a su manera y lo que a uno le hace feliz”, finalizó Samperi.
Tabúes
El colectivo LGTBQI+ se enfrenta constantemente a tabúes, tanto familiares como sociales, laborales o de amistad. La discriminación y la exclusión existen, pero también el cambio cultural y el progreso.
“Los tabúes existieron siempre y van a seguir existiendo mientras haya una mente cerrada y una mente que no acepte la diversidad, que no acepte todo aquello que sea distinto al estereotipo mujer-hombre. Es importante que esos tabúes no hagan que retrocedamos en igualdad e inclusión, que no afecte en la salud mental de todo el colectivo LGBTQI+, ni que afecte a esa parte de la sociedad que sí acepta la diversidad sexual y la acompaña”, argumentó Torres. También, tal y como ella siempre dice en sus discursos, “el amor supera la exclusión”.
Debido a estos tabúes diarios el momento de enfrentarse a la familia o amigos a la hora de exteriorizar lo que sienten no es sencillo. “Por parte de mis amigos la noticia fue tomada de una forma muy bonita, cada uno con su reacción, pero siempre con muy buena onda. Mi familia se lo tomó bien dentro de todo lo que esto supone, se entiende que es complicado”, contó Fulcheri. “Creo que es difícil lidiar con los tabúes sociales o familiares, hay que ver de qué manera te afectan o tratar de que no te afecten tanto”, agregó.
Existe la posibilidad de que no siempre se acepte un cambio de este tipo, como le sucedió a Samperi. Algunas personas de su círculo se alejaron, “yo creo que se fueron con esa persona que fui y no estaban para quedarse con quien soy hoy”, confesó.
Por el contrario, su familia y amigos más cercanos siempre le brindaron apoyo absoluto, “a mis papás les escribí una carta, cuando la leyeron me dijeron que no me preocupara que me iban a acompañar en todo el proceso, y ahí fue la paz”, indicó el joven juninense.
Además, los cambios que notaron estos jóvenes en la ciudad de Junín con respecto a temas de libertad de género e inclusión, desde hace unos años atrás hasta hoy fueron ‘terribles’. Hoy la sociedad está “mucho más libre, más abierta y noto un cambio de chip en la cabeza de las personas que están dispuestos a ser quien quieren ser”, destacó Samperi.
Cambio de género
El procedimiento para solicitar el cambio de género en el documento nacional es muy sencillo. Blas Mazzutti, actual delegado del Registro de las Personas del centro de Junín, explicó cuáles son los pasos a realizar.
“Llenás un formulario, fotocopia del DNI si sos mayor de 18 y partida de nacimiento actualizada, nada más. En el caso de un menor de edad sí tiene que firmar un abogado junto con un representante legal”, indicó Mazzutti.
El objetivo de que intervenga un abogado del niño es que el menor esté asesorado ante este cambio de estado en todo momento. Incluso, es un trámite que goza de prioridad tanto en el registro de Junín como en La Plata, donde es enviado el expediente administrativo.
Una rectificación de cualquier otra temática tarda un periodo de cinco meses aproximadamente, mientras que este tipo de trámites tardan entre un mes y mes y medio. “Además es gratuito y hay pocos trámites en el registro que lo sean. Así que es prioritario hasta desde el punto económico, que no haya ninguna traba con el fin de que lo pueda hacer todo el que quiera”, agregó Mazzutti.
DNI no binario
Hace un año, se incorporó la opción No Binaria en el DNI bajo la nomenclatura “X” para aquellos que se identifican por fuera del binomio masculino/femenino. El procedimiento es exactamente el mismo que el de cambio de género. Sin embargo, en la ciudad de Junín no se han realizado la misma cantidad de cambio de género a no binario en el documento nacional que cambio de género a masculino o femenino.
"Específicamente no binario desde que asumí, hace un mes y medio, todavía no hice ninguno. Previo a este registro trabajé en el que está en Villa Belgrano y ahí tampoco hicimos ninguno desde diciembre hasta hoy”, relató Mazzutti.
Por su lado, Bruno Moyano, ex delegado del registro del centro de Junín coincide en la baja cantidad de DNI no binarios entregados en la ciudad. “Yo estuve como delegado en el centro hasta agosto y cambios de género no binarios se hicieron 3 o 4 como mucho en todo el año. Por lo general eran personas de sexo femenino de alrededor de 18 años las que hacían este cambio”, contó Moyano.
Según la Dirección Nacional de Población del Registro Nacional de las Personas (RENAPER), que depende del Ministerio del Interior de la Nación, desde la sanción del decreto, 528 personas rectificaron su DNI con la nomenclatura “X”, la mitad de ellos menores de 29 años.
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