EN SU DÍA MUNDIAL

Gozar de buena salud mental no es una cosa de “locos”

La Organización Panamericana de la Salud lanzó ayer una campaña para generar conciencia sobre el impacto

El estigma y la discriminación hacia personas con trastornos mentales están entre los principales obstáculos en su recuperación e inclusión social y, en muchos casos, resultan incluso “más doloroso” que el padecimiento en sí, aseguraron especialistas al conmemorarse ayer el Día Mundial de la Salud Mental.

Este año, el estigma y la discriminación que experimentan las personas con problemas de salud mental constituyeron el eje central de una campaña por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para generar una mayor conciencia de esta problemática en la comunidad. Con el hashtag #HazTuParte para apoyar la salud mental, la iniciativa busca promover en las redes sociales mensajes y testimonios que expongan los estereotipos, prejuicios y conductas discriminatorias promoviendo interacciones positivas que mejoren la búsqueda de ayuda.

“Cuanto más hablamos sobre nuestra salud mental, más nos acercamos a reducir el estigma que la rodea. Y cuando el estigma disminuye o desaparece, buscar y recibir apoyo es más factible”, explicaron desde la OPS frente a un incremento de casos a nivel mundial.

Las condiciones de salud mental se han visto exacerbadas por la pandemia que impactó de manera generalizada en toda la población. Un estudio publicado en la revista The Lancet estimó que los trastornos depresivos y de ansiedad aumentaron 35% y 32% respectivamente en 2020 en América Latina tras el surgimiento del Covid. “Recuperarse de las condiciones de salud mental es posible para la mayoría de las personas si reciben la atención necesaria.“Para eso, los profesionales de la salud deben asegurar un entorno seguro y brindar una atención de calidad, inclusiva y sin etiquetas”, destacaron desde la OPS.

l para que la gente entienda que cualquiera puede enfrentarse a un problema de salud mental en algún momento de su vida y esto no tiene que ser una razón para bloquear nuestros objetivos, metas y sueños en la vida», comentó Sahar Vásquez, quien experimentó una condición de salud mental, y es hoy miembro de la Comisión sobre Salud Mental y Covid de la Organización.

UNA BARRERA

Aunque la estadìstica indica que entre un 20 y 30% de la población cursa algún tipo de trastorno mental diagnosticable con las categorías que existen, lo que equivale a 1.000 millones de personas en el mundo, incluso en los países con sistemas de salud más robustos, entre el 40 y el 60% de ellas no consultan ni reciben ayuda, comenta el psicólogo Martín Agrest, integrante de la comisión internacional de especialistas que ayer publicò en la revista The Lancet un informe sobre el impacto que tienen en ello el estigma y la discriminación.

“El estigma actúa como una barrera de acceso a los servicios de salud mental, obstaculizando así la recuperación de quienes sufren estos padecimientos”, resume el profesional. La iniciativa de la comisión internacional de especialista -encabezada por el profesor Sir Graham Thornicroft, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia, del King’s College Londonbusca visibilizar “algo que por momentos parece obvio”: primero, que el estigma no es algo individual, sino un proceso social “que nos abarca a todos como sociedad y como tal debería importarnos a todos”, explica Agrest.

“Muchas veces creemos que el estigma es algo que hace el otro y cuesta reconocerlo en uno, pero todos solemos cargar con prejuicios o estereotipos. Allí es donde se sostiene la discriminación que después terminan sufriendo muchas personas”, sostiene el psicólogo. “Se suele decir frecuentemente que el propio padecimiento en la salud mental genera un nivel de sufrimiento que es menor que el provoca la discriminación que sufren”, expresó Agrest, integrante también de la ONG Proyecto Suma, una asociación civil dedicada a brindar tratamiento y realizar campañas de promoción de la salud mental.

 

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