El artista juninense Luciano  Pozo.
El artista juninense Luciano Pozo.
JUNTO A OTROS ARTISTAS LATINOAMERICANOS

Desde la florisgrafía, el artista juninense Luciano Pozo exhibe sus obras en la Trienal de Nueva York

Es uno de los cinco artistas argentinos del grabado que fueron convocados a participar de la muestra “Abya Yala: Orígenes estructurales”, en la sede Bronx Space. En su caso, participa con los pétalos de rosa trabajados con la práctica que creó durante la cuarentena, la florisgrafía.

Luciano Pozo fue convocado para exponer sus obras en la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York, el evento internacional que se llevará a cabo hasta enero del 2023 y en el que participan sólo 12 argentinos. 

En el marco de la investigación realizada en torno al grabado, el artista juninense desarrolló una nueva práctica, la florisgrafía, que se basa en el trabajo sobre pétalos de rosa. Lo innovador de ésta fue lo que permitió que, hasta el 5 de noviembre, exponga algunas de sus obras en la sala de grabado de una de las sedes de la Trienal llevada a cabo en Estados Unidos, y que se basa en el reconocimiento del arte latinoamericano como espacio de vanguardia.

En diálogo con Democracia, Pozo dialogó acerca de su trabajo y la llegada al Bronx Space, junto a otros 4 artistas argentinos del grabado.

Florisgrafía, la práctica de su autoría 

El profesor y licenciado en artes visuales trabajó durante la cuarentena en su taller en Laplacette y, para llegar al resultado que hoy luce en sus obras, llevó a cabo una ardua investigación.

“Yo concibo al arte como una práctica científica, además de estética y poética”, explicó Pozo, que experimentó con materiales orgánicos como flores, hojas y tintas e, incluso, trabajó en el laboratorio con microscopios para perfeccionar su práctica.

“Cuando llegué a un resultado que me gustó me dí cuenta que no existía una palabra para denominar eso que estaba haciendo”, señaló, respecto al nombre que le dió a su práctica. Hacer grabado sobre madera es xilografía, sobre piedra, litografía, y a su práctica la llamó florisgrafía, puesto que trabaja sobre un soporte orgánico, pétalos de rosas.

“Tuve la necesidad de darle un nombre para explicar lo que hacía”, afirmó y aclaró: “No inventé una técnica, el grabado ya existía y yo desarrollé una práctica, hacer un grabado sobre pétalos de rosa”.

Cabe destacar que trabajar sobre un soporte orgánico como un pétalo de rosa es un desafío. Es frágil, etéreo, delicado, y cede ante la excesiva presión. Además, no está preparado para perdurar un largo tiempo, pero Luciano explicó que trabaja en la conservación de sus obras con papeles de arroz, libros y vidrios para retrasar su desintegración, puesto que, “con ciertos cuidados pueden perdurar en el tiempo”. 

“Tengo pétalos de hace dos años guardados”, señaló. 

Asimismo, el artista elige los pétalos de las plantas que él mismo cuida. Se trata de un rosedal que tiene en Laplacette, y que plantó con su bisabuela cuando era niño. “Desde el soporte hasta la impresión es una obra ejecutada por mí mismo”, explicó.

El proceso de trabajo sobre cada pétalo es exclusivamente manual, con una técnica antigua llamada “palm press”, utilizada en el medioevo y que consta del uso de las palmas de las manos en reemplazo de la prensa, que, según señaló el artista, “puede dañar el material”. Además, el grabado requiere del uso de una matriz, que es la imagen que se transfiere al soporte y, en el caso de la florisgrafía, cada matriz sólo puede ser usada una vez, puesto que el solvente de resina vegetal la desintegra.

“Trabajar de forma artesanal tiene una ventaja: permite controlar desde la presión ejercida, hasta la cantidad de solvente y el tamaño de los pétalos”, explicó Pozo.

Nueva York

Entre junio y agosto de este año, presentó su acción “Como una flor en el barro” en el espacio de Fundación Casa Pronto y, desde fines de septiembre, sus trabajos se exponen en la muestra “Abya Yala: Orígenes estructurales” en el marco de la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York.

Luciano fue uno de los 12 artistas argentinos convocados para el evento que reúne a decenas de exponentes de Latinoamérica. Sólo 5 artistas del grabado de nuestro país enviaron sus obras, que se exponen en la sala dedicada a las prácticas innovadoras que hacen uso de materiales, metodologías y técnicas tradicionales y que representan a Latinoamérica como lugar de vanguardia. La florisgrafía, enmarcada en la técnica del grabado, es un claro ejemplo de ello.

La Trienal se desarrollará hasta enero del 2023 y, en el caso del espacio “Abya Yala: Orígenes estructurales”, el salón de grabado del Bronx Space donde se exponen sus obras, estará habilitado hasta el próximo 5 de noviembre. En total, el evento cuenta con 8 sedes en todo Nueva York.

“Mi obra trabaja sobre la identidad”, explicó el artista, que fue convocado por el curador Ezequiel Tavéras para formar parte y, para ello, debió enviar sus obras en avión a través de Cancillería y la Embajada Argentina en Estados Unidos.

“Envié unas cajas de cristal donde dentro hay pétalos de flores impresos”, explicó Pozo, y señaló que el apoyo del Estado fue, principalmente, a través de la logística y la cobertura de los gastos de traslado. El artista visual Marcelo Cofone fue el encargado de coordinar el trabajo desde Argentina.

La respuesta del público

Inicialmente, en una muestra en la Embajada Argentina en Nueva York y, desde fines de septiembre, en la Trienal de Arte Latinoamericano. Sus trabajos recorrieron miles de kilómetros y el artista también recibió comentarios por parte del público, en el marco de un evento muy convocante.

Las redes sociales hicieron lo propio. “Muchas personas de diferentes países me escribieron para saber un poco más de la florisgrafía”, explicó Luciano, que se mostró agradecido con el alcance de la obra.

“Intento no explicar al público qué significa cada cosa de la obra, así no anulo su capacidad crítica o interpretativa”, agregó, respecto a la curiosidad que despiertan sus trabajos ante el público.

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