Seguramente este pensamiento ha rondado nuestras mentes alguna vez: ¿son los gatos quienes nos eligen o nosotros a ellos?
Enseguida descartamos la primera opción ya que seguramente pensamos, muy humanos nosotros, que ha sido una decisión nuestra la de adoptarlo y protegerlo. Sin embargo, esa pregunta no es tan errónea, ni está fuera de lugar teniendo en cuenta que un ser tan inteligente e independiente como el gato no se sentirá forzado a convivir si no está a gusto.
Últimamente hablamos de tutor o compañero en lugar de dueño, con relación a los animales de compañía para enfatizar el hecho de que los animales son personas no humanas y nuestro rol es el del tutelaje y el vínculo afectivo. Pero en la concepción clásica de nuestra relación con los gatos podemos asegurar sin temor a equivocarnos que ellos no tienen dueño. Nunca los gatos se percibieron como “de alguien” por lo tanto, sienten que no tienen ninguna obligación de quedarse con nosotros.
Los gatos son animales sociales que necesitan sentirse acompañados para sentirse a gusto y seguros. Es por eso que “eligen” compañeros con los que vivir, eligen un guía, una persona, o varias, de referencia a las que seguir, pero nunca un amo.
También debemos entender que un gato que no esté a gusto en un lugar o con los integrantes de su familia, podrá marcharse para buscar un entorno más favorable. Actúa muy parecido a nosotros que también elegimos con quién relacionarnos. Tal vez la conclusión en este punto es que somos muy afortunados si nuestro gato está conforme y nos eligió a nosotros y a nuestro ambiente para estar y quedarse.
La explicación de porqué se queda está en que las premisas básicas de su bienestar están satisfechas y, por lo tanto, no tiene necesidad de irse, porque se encuentra cómodo. Lo primero y primordial es cubrir adecuadamente su necesidad básica de alimentación con una dieta rica y adecuada. En otra circunstancia no dudaría en visitar la casa del vecino si allí le diesen de comer y en casa no tuviese comida suficiente y agradable.
Nuestro gato depende de nosotros para alimentarse como un vínculo fundamental que construye un lazo fuerte y necesario. Avanzando en las razones por las que permanece con nosotros, nuestro gato tiene, en nuestra casa, un entorno adecuado que considera como su territorio. Se trata de un espacio seguro y protegido de amenazas externas, donde hay además un lugar limpio donde hacer sus necesidades a resguardo, otro lugar en el que descansar a gusto, etc.
Todos estos factores son los determinantes a la hora de entender cómo los gatos “eligen” a sus “dueños”, así entre comillas porque lo correcto sería decir tutores o compañeros de ruta. Por otra parte, los gatos prefieren pasar más tiempo con algunas personas que, a diferencia de algunas, saben cómo interactuar con ellos relacionándose, pero respetando sus límites.
¿Cómo puedo mejorar la relación con mi gato?
-No lo mires fijamente: el contacto visual es un signo de dominancia y si lo miramos fijamente lo estamos desafiando.
-No le grites o castigues: nunca pretendas educarlo con gritos o castigos, porque solo conseguirás que te tenga miedo o se defienda con gruñidos y arañazos.
-No bloquees su paso: este tipo de situaciones los pueden asustar, por eso no los arrincones ni les bloquees el camino.
-No interrumpir su sueño: molestarlos cuando duermen puede traerle miedos, ya que los pone en situación de “alerta”; además de que puede generarles estrés.
-Usemos juguetes para gatos: al tener un gran instinto cazador, aman jugar a “cazar juguetes”.
-No lo interrumpas cuando usa las piedras sanitarias: durante la micción o la defecación se produce el máximo de vulnerabilidad e indefensión, interrumpirlos en ese momento puede generarles mucho estrés y fastidio.
-Respetemos sus tiempos y espacios: son animales muy independientes es por eso que no debemos forzarlos. Contradecirlos solo genera malos comportamientos.
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