Cantar en la ducha: Por qué la voz suena mejor y los beneficios para la salud
LIBERA EL ESTRÉS Y MEJORA LA RESPUESTA INMUNOLÓGICA, SEGÚN ESPECIALISTAS

Cantar en la ducha: Por qué la voz suena mejor y los beneficios para la salud

Expertos analizan el fenómeno que se da en ese lugar del baño, que lleva a los “intérpretes” a sentir que lo que entonan realza más que en otros lugares de la casa. Los trucos de los famosos para sacarle el jugo

¿Existen razones físicas para que nuestras voces suenen mejor en esos habitáculos donde corre el agua de los grifos? Pues al parecer sí, según nos explica Ernesto G. Bermejo, ingeniero técnico de sonido de Radio Televisión Española (RTVE): “La primera de ellas es la poca absorción de las ondas de sonido que hay en ellos, debido a los elementos que lo componen”.

“Azulejos y otros elementos pulidos como el cristal, presente en los espejos y mamparas, los convierte, de hecho y en forma proporcional al volumen que presenten, en improvisadas cámaras reverberantes donde el sonido reflejado regresa a nuestros oídos desfasado (según donde se producen los diferentes rebotes) con un determinado retardo en milisegundos (ms.)”, indica Bermejo.

UN TRUCO UTILIZADO POR MUCHOS CANTANTES
“Según las condiciones de superficie y volumen de cada cuarto de baño -continúa el técnico de sonido-, éste proporcionará un tiempo de reverberación que se asemeja al que puede proporcionar un equipo de tratamiento de efectos de voz profesional que, mezclado con el sonido directo, produce que nuestra voz suene llena de matices y, como resultado, mejor. Ese es el truco técnico que utilizan muchos cantantes, entre ellos Julio Iglesias”.

Según el experto, cuanto mayor es el volumen del baño más rico será el sonido, debido a que la reverberación y el eco serán mayores en proporción a su superficie.

Cuando una persona canta se oye a sí mismo “en el recorrido de las ondas que viajan de la boca hasta los oídos y se suman los sonidos de retardo, que son una serie de milisegundos en función de donde se produzca el rebote. Todos esos sonidos reflejados y sus retardos correspondientes se suman a la onda directa emitida por la persona que canta”, señala Bermejo.

DONDE NO HAY REFLEXIONES DE SONIDO SE CANTA PEOR
El técnico de sonido refiere la diferencia que existe en el sonido cuando cantamos en medios donde no hay reflexiones “o bien porque estamos en un campo libre o en una habitación en la que no hay elementos que provoquen absorción y como consecuencia no haya reflexiones”. “En una habitación, las ondas del sonido son absorbidas por los muebles, colchones, librerías y resto de mobiliario, por lo que las reflexiones son mucho menores o, en todo caso, de menor amplitud, haciendo que oigamos preferentemente la onda directa que viaja de la boca al oído, lo que nos puede hacer llegar a la conclusión de que será mejor abandonar nuestras ambiciones como cantantes”, asegura el especialista.

“El agua, a su vez, es un medio relajante que hace que seas más receptivo para valorar cómo suena tu voz, a diferencia de cuando la emites en condiciones en las que realizas otro tipo de actividad que no sea bajo la ducha, en donde también nos atrevemos a cantar debido a la intimidad que nos proporciona, evitando así la vergüenza de ser escuchados”, agrega.

LOS BENEFICIOS QUE NOS APORTA CANTAR
Además, cantar proporciona muchas ventajas físicas aparte de psicológicas. Una de las principales es que, cuando cantamos, segregamos endorfinas, hormonas que, cuando son producidas en grandes cantidades por el organismo proporcionan una sensación de bienestar que pude llegar hasta el punto de convertirse en euforia, indican los científicos.

La misma situación puede producirse cuando oímos cantar a alguien y nos gusta la melodía porque, de alguna manera, la reproducimos en nuestro cerebro como si fuéramos nosotros los que la estuviéramos cantando.

Cantar mejora la respuesta inmunológica porque alivia el estrés, que es uno de los factores que mayor impacto negativo tienen sobre el sistema inmunológico, por lo que se logra un mejor estado de salud en general, junto con una sensación de bienestar.

Si convertimos el canto en un hábito ayudamos a mejorar la respiración, al aprender nuevas formas de mover los músculos que intervienen en ella, lo que optimiza el uso de nuestros pulmones, especialmente el diafragma, oxigenándonos mejor.

El aire, cantando, pasa en distintos niveles por las vías respiratorias y hacen el efecto de limpiarlas, evitando que se acumulen bacterias nocivas.

Un ejemplo claro de los beneficios de cantar lo tenemos en los bebés que aprenden el lenguaje a través de la musicalidad y los ritmos presentes en las palabras. Por eso responden con entusiasmo cuando se canta y, muchas veces, establecen un diálogo con esa música a través de sus movimientos.

Desde la Antigüedad y hasta en los sitios más remotos, en los pueblos o en las tribus, las gentes se reunían para cantar juntos, bien fuera en ceremonias religiosas o para participar de fiestas conmemorativas.

Es una de las mejores maneras de formar parte de una comunidad y romper la barrera del aislamiento. Además, al cantar, nos implicamos más en la tarea que realizamos y, si se unen más personas al canto, se producirá más sintonía y empatía entre todos.

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