Seis de cada diez personas en Argentina tienen exceso de peso en tanto el 30 por ciento de las niñas y niños tiene sobrepeso y el 6 por ciento obesidad, un factor de riesgo que se incrementó en todas las edades como consecuencia de la pandemia de coronavirus y que hoy ocupa el centro de atención al conmemorarse el Día Nacional de lucha contra esa enfermedad.
Los datos surgen de la 4° edición de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (presentada en 2019), que señalaron que en 2018 el 61,6 por ciento de las personas en Argentina tenía exceso de peso: el 36,2 por ciento sobrepeso (definido como índice de masa corporal entre 25 y 30) y el 25,4 por ciento obesidad (índice de masa corporal superior a 30).
El porcentaje era casi 4 puntos superior a las cifras de 2013, cuando el 57,9 por ciento presentaba exceso de peso, y lo que más creció en esos cinco años fue la obesidad que pasó de 20,8 por ciento a los 25,4 por ciento de 2018.
El dato viene incrementándose en forma constante desde la primera encuesta que se realizó en 2005, cuando el 49 por ciento de las personas tenían exceso de peso: 34,4 por ciento sobrepeso y sólo el 14,6 por ciento obesidad.
Si bien no hay datos actualizados a nivel nacional, las y los especialistas estiman que los porcentajes se incrementarán en la próxima encuesta ya que a los factores existentes se ha sumado la pandemia.
Según un estudio de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) presentado en febrero de este año en base a entrevistas realizadas a 5.600 argentinas y argentinos, 6 de cada 10 había subido de peso durante la cuarentena.
En tanto, “entre quienes manifestaron no haber iniciado el período de aislamiento con exceso de peso, el 58,3 por ciento engordó, mientras que entre los que reconocieron tener sobrepeso u obesidad desde antes de la pandemia, el 66,5 por ciento ganó kilos”.
“Investigamos los cambios más frecuentes y 4 de cada 10 refirieron ‘picotear’ entre comidas y haber aumentado el tamaño de las porciones y estos cambios junto con los mayores niveles de sedentarismo y el impacto emocional del confinamiento fueron factores clave para la ganancia de peso”, advirtió en aquel momento Ana Cappelletti, médica integrante del Grupo de Obesidad de la SAN.
Pero más allá de la pandemia, la obesidad es una enfermedad compleja que requiere un abordaje multidisciplinario.
“Es un error considerar a la obesidad como un tema meramente estético, que afecta la autoestima y que nada puede hacerse al respecto más que aceptarse”, indicó por su parte Miriam Tonietti, actual presidenta de la SAN.
Y continuó: “Quererse a sí mismo representa también hacerse responsable de la propia salud, cuidándola y reconociendo que la obesidad es una enfermedad crónica asociada a más de 60 condiciones que ponen en riesgo la salud actual y futura”.
Desde la SAN recordaron que la obesidad incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos en las articulaciones, en la fertilidad y aumenta las chances de desarrollar varios tipos de cáncer.
Y alertaron que “en ocasiones hay una mirada que subestima el problema. Una investigación arrojó que 6 de cada 10 personas con obesidad se consideran solo con ‘algo de sobrepeso’, aun cuando no es un aspecto subjetivo, sino que esta enfermedad se define por el cálculo del índice de masa corporal, a partir del peso y la altura de cada uno”.
Se sabe que la alimentación saludable, además de la actividad física, es una de las claves para prevenir y controlar la obesidad, y en este contexto, Argentina debatirá el próximo martes en la Cámara de Diputados la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, más conocida como Ley de Etiquetado Frontal, que ya cuenta aprobada por el Senado.
En ese marco y con motivo del Día Nacional de la Lucha contra la Obesidad, Unicef llamó a “derribar los mitos que se ocultan detrás del rechazo a un proyecto de ley necesario para prevenir la malnutrición, sobre todo de niñas, niños y adolescentes”.
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