El té y el resto de las tisanas son tan antiguos como las propias tazas, y todavía hoy gozan de gran popularidad. Pero, ¿cuánto tienen de bebida nutritiva y cuánto de medicinal? “Beber algo caliente parece ser una necesidad humana básica, especialmente cuando uno no se encuentra bien”, explica Ursula Sellerberg, de la Cámara Alemana de Farmacéuticos. “El propio ritual de la preparación del té -y el acto de beberlo- tiene un efecto relajante y puede resultar altamente beneficioso tras un día estresante, lo cual refuerza el sistema inmunológico”, señala por su parte el profesor Robert Fürst, director del Instituto de Biología Farmacéutica de la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno.
¿Alimento o medicina?
Hay dos tipos de tés o tisanas: los nutritivos, como el té negro, de escaramujo o de hierbas. Se trata de infusiones alimenticias y pueden comprarse en el supermercado. En cuanto a los tés medicinales, se adquieren principalmente en las farmacias. Sellerberg explica que todos los tés medicinales -al igual que el resto de los medicamentos- llevan en el envase un número de registro por el que se autoriza su comercialización.
Requisitos de calidad diferenciados
La calidad de las plantas utilizadas en unos u otros varía. En el caso de los medicinales, sólo se pueden utilizar las partes secas que cumplan los estrictos requisitos de la farmacopea. No sólo se comprueba el contenido de los ingredientes sino también la ausencia de impurezas.
En caso de las infusiones de manzanilla, por ejemplo, la farmacopea establece para su elaboración el uso exclusivo de la flor. “Pero el té de manzanilla que se compra en el supermercado suele incluir también, hojas y tallos. Sabe a manzanilla, y eso es suficiente para que constituya un alimento”, acota. “En cambio, el té medicinal con efecto terapéutico contiene exclusivamente flores de manzanilla por lo que su contenido de aceite esencial, entre otros ingredientes, es mayor”.
Solubles en agua caliente
Por tanto, aquellos que buscan una bebida con sabor a manzanilla les bastará con el té del supermercado. En términos farmacéuticos, el té es un extracto acuoso y caliente: la temperatura elevada del agua extrae los compuestos solubles de las plantas, “y cuando se ingiere tiene un efecto en el cuerpo”, según Fürst.
Los tés son un remedio suave y placentero. “Los ingredientes del té refuerzan el sistema inmunológico del cuerpo, especialmente en enfermedades autolimitantes como el resfriado”, aclara Sellerberg. Y concluye: “prácticamente carece de efectos secundarios y alivia efectivamente las molestias, que remiten gradualmente de forma agradable”.
Una ceremonia
Tomar el té está considerado una actividad en sí misma. Es un ritual que los expertos respetan y hacen cada día no como sacrificio, sino muy placenteramente. “Siempre fui una amante del té, pero hace algunos años, en un viaje, descubrí que quería transformar esta pasión en un modo de vida, conectándolo con mi profesión. Hay muchas y variadas ceremonias, desde hace miles de años, aunque las más conocidas son la china, la japonesa y la británica. Todas tienen sus particularidades”, explica Alejandra Castillo, comunicadora, sommelier y embajadora del Club del Té en la Plata, que tiene su propio emprendimiento en el rubro: Plan Té.
“La japonesa, conocida como Chanoyu, es más que una manera de servir el té matcha, dicho sea de paso, cada vez más popular en el mundo occidental. Esta ceremonia tiene influencias del budismo zen, es un culto al arte y puede durar hasta cuatro horas, creando una atmósfera adecuada para saborear el té y contemplar obras de arte. Cada elemento usado en la ceremonia tiene un nombre y un propósito ajustado al protocolo, y hasta el espacio donde se realiza está diseñado para los fines del ritual: estar en armonía espiritual con el universo”, relata Alejandra.
“La ceremonia china se llama Gongfu cha, que significa `preparar el té con gran habilidad´ y se celebra desde la antigüedad para distintas ocasiones, como puede ser homenajear a alguien, un regalo de boda, un encuentro familiar, y hasta un pedido de disculpas. Como sea, en esa ceremonia se bebe el mejor té disponible, como una demostración de respeto al invitado. Igual que en la japonesa, se usan distintos utensilios, en este caso dependiendo del tipo y variedad de té que se sirva, pero independientemente de eso la ceremonia se hace en siete pasos, en un ritual en el que cada movimiento sigue un protocolo y tiene un motivo”, continúa la sommelier y pasa a describir la última técnica. “La ceremonia británica probablemente nos resulte más familiar, porque la relación que tiene ese país y su cultura con el té se remonta al siglo XVIII y se traduce en muchísimas manifestaciones que nos han llegado y nos llegan a través de la literatura, el cine o la música. Los ingleses tienen la costumbre de tomar té en distintas ocasiones o momentos del día, cada uno de los cuales tiene su nombre. El five o clock tea, por ejemplo, lo hizo famoso la reina Victoria en el siglo XIX, tanto, que entre las 4 y las 6 de la tarde no quedaba nadie en las calles de Gran Bretaña, porque todos se reunían a tomar té como lo hacía ella. Más allá de estas ceremonias famosas, hay pequeñas regiones que tienen la suya y me atrevo a decir que cada uno de nosotros puede crear su propio ritual para preparar el té y disfrutarlo.
Supongo que por eso es que cada vez son más las personas que se acercan a esta infusión maravillosa, no sólo porque nos conecta con sensaciones, sabores y culturas; nos muestra que, a veces, todo lo que importa es parar y disfrutar de ese tiempo con nosotros mismos”.
¿Qué se necesita entonces para tomar un buen té? La especialista platense da algunas recomendaciones: “en el mercado argentino hay muy buenos tés en hebras para conocer y disfrutar, tanto de origen como blends, que son mezclas de distintos tipos de tés o de un té con frutas, especias, o flores. Lo importante es que cada uno haga su propia experiencia con el té, sin caer en el error tan común que se ha transmitido por generaciones en Argentina: hervir el agua y dejarlo infusionar por cinco minutos, lo que lo vuelve amargo y astringente.
Para cada tipo de té hay una temperatura y un tiempo de infusión adecuados, por lo que es ideal disponer de una tetera, un infusor para retirar las hebras a tiempo, un reloj, un medidor de temperatura y un cuenco o taza. Esto es lo ideal. Lo necesario: disponer de unas hebras de té y la actitud para disfrutar de todo los que nos brindan cuando las infusionamos”.
Si bien “la hora del té” suele ser durante la tarde, la verdad es que no hay un horario específico para beber esta infusión. Se puede disfrutar de un té a cualquier hora del día, aunque se aconseja elegir una variedad distinta para cada momento del día. “Por las características de cada tipo de té se puede recomendar un té negro para arrancar el día, un oolong para media mañana; un puehr para después de las comidas y un té verde o blanco para la tarde. Antes de dormir es una buena idea tomar un té verde o un blend que tenga esta variedad como base.
De cualquier manera, cualquier hora es buena para beber té, porque es una experiencia muy personal, igual que elegir con qué maridarlo. En Argentina estamos acostumbrados a acompañar el té con tortas o postres con mucho chocolate o dulce de leche, sin tener en cuenta que en muchos casos esos ingredientes pueden matar el sabor del té en lugar de resaltarlo”, subraya Ale.
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