La casa de subastas Sotheby’s puso a la venta un conjunto de obras de arte digitales en formato NFT, y entre ellas se encuentra la obra “Quantum”, del artista Kevin McCoy, considerada como el primer NFT conocido de la historia, así como una nueva categoría de NFT inteligentes o iNFT. Este formato, cuyas siglas vienen de la expresión Token No Fungible, es una tecnología basada en blockchain que garantiza la autenticidad de un archivo en formato digital como una obra de arte, así como quién es su propietario.
“Quantum”, creada por el artista Kevin McCoy, es considerada como se dijo el primer NFT conocido y uno de los ejemplos de criptoarte más importante históricamente. Esta obra se vende en una subasta que comenzó esta semana y terminará el próximo jueves, tal como anunció la famosa casa de subastas Sotheby’s en un comunicado.
La obra de Kevin McCoy, artista digital neoyorquino, representa simplemente una figura geométrica animada sobre un fondo negro que va cambiando de forma y de color. Se creó en mayo de 2014. Este NFT forma parte de una nueva subasta organizada por Sotheby’s, Natively Digital: A Curated NFT Sale, que se centra exclusivamente en el nuevo formato de contenido digital y que recoge obras de 27 autores distintos.
Entre el catálogo se incluye también lo que la casa ha denominado como “el primer NFT inteligente del mundo”, o iNFT, una categoría de obras de arte conversacionales y que aprenden por sí solas. El considerado como primer iNFT es To the Young Artists of Cyberspace, creada por el artista y conservador de la exposición Robert Alice, con la que los usuarios podrán conversar con la inteligencia artificial GPT-3, una de las más avanzadas y hasta ahora solo disponible para periodistas y académicos. El resto de NFT digitales a la venta en la subasta incluyen también el primer NFT del artista y compositor de música independiente japonés Ryoji Ikeda, así como la obra Alien Cryptopunk.
Si bien la obra alcanzó un valor de 140 mil dólares al día siguiente de que saliera a la venta en línea, no hay hasta el momento una estimación oficial para “Quantum”, que como se dijo estará a la venta hasta el 10 de junio. “Me enamoré del bitcoin a inicios de 2013 y me interesé en las ideas que flotaban alrededor”, contó McCoy, artista multisoporte de 54 años, pionero en un mundo que genera hoy varios cientos de millones de dólares de transacciones por mes.
El bitcoin y otras criptomonedas funcionan como los NFT en base a la tecnología llamada blockchain, que como se dijo autentifica las transacciones, los intercambios de monedas virtuales o las ventas de objetos digitales. Con la ayuda de expertos en informática, McCoy concibió incluso su propia plataforma de intercambio de objetos digitales certificados, bautizada Monograph y actualmente desaparecida.
El nuevo proyecto del artista de Brooklyn fue recibido con bastante frialdad en un principio. “Hubo mucha incomprensión”, recuerda McCoy. “Al mundo del arte tradicional le costó entender el sistema y lo que era propuesto. Además, al mundo de las criptomonedas no le interesaba la cuestión del arte digital”.
El creador finalmente renunció a los NFT durante un tiempo, pero regresó a ellos el año pasado y ahora se entusiasma por la explosión de este nuevo universo que, en su opinión, recién está comenzando. La venta incluye también el primer NFT inteligente (iNFT), un personaje virtual, Alice, que puede interactuar con su futuro propietario gracias a la inteligencia artificial. Otro lote significativo es un raro Cryptopunk, integrante de una serie de criaturas virtuales, que podría venderse en varios millones de dólares.
Los NFT, es bueno remarcar, se basan en la misma tecnología de las criptomonedas pero representan algo único. Al no ser fungibles, no se pueden intercambiar. Por ejemplo, un artista podría vender una canción personalizada en formato NFT: al estar cifrada, solo la persona que la adquirió tendría acceso a esa música inédita, junto con creaciones de arte personalizado.
La principal revolución de los NFT es que permiten autentificar una obra digital creada online y demostrar su procedencia y su autor. Cuando compramos criptoarte mediante este sistema, lo que conseguimos es la obra encriptada y prácticamente nunca se obtiene un objeto físico. El propietario de una obra NFT puede revenderla en el mismo formato y condiciones, ajustando su valor al precio de mercado. Si la obra va pasando de unas manos a otras, con el NFT sabremos siempre quién fue su creador y verificar su autenticidad.
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