La motivación laboral mejora el rendimiento.
SOCIEDAD

Siete técnicas para aumentar la motivación laboral

Para los especialistas, la motivación laboral es el primer paso que lleva a la acción. Sin esta, las personas no funcionan, ni avanzan, ni mejoran.

Concepto de motivación laboral: La motivación en el trabajo consiste en “el proceso mediante el cual las personas, al ejecutar una actividad específica, desarrollan unas capacidades que conducen a la materialización de ciertos objetivos para satisfacer necesidades y/o expectativas”. Todo esto inducido por ciertas técnicas, tips, hábitos y conocimientos que pueden ser empleados para mejorar el rendimiento laboral.

Estos esfuerzos dependerán de la mayor o menor satisfacción recibida, tu conducta será una u otra en función de si valió la pena o no la dedicación. Según Javier Mahillo, profesor de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) especializado en temas educativos, la motivación laboral es “el primer paso que nos lleva a la acción”. Sin ella, las personas no funcionan, ni avanzan, ni mejoran.

¿Por qué es importante ir con motivación al trabajo?

La razón para centrarse en este aspecto es que, cuando cuentas con motivación, te beneficias de importantes ventajas, entre las que destacan:

Eficiencia.

Eficacia.

Productividad.

Energía. Gestión del estrés

Relaciones interpersonales. Entre las ventajas de la motivación laboral también cabe citar que aumenta la colaboración y el trabajo en equipo.

Éxito laboral. Como consecuencia de todo lo anterior, si la motivación laboral es alta, la tasa de éxito es a su vez superior.

 

 

Siete técnicas para aumentar la motivación laboral

1. Encontrar una "pasión"

Dedicarte a algo que te apasione es sin duda el mejor aliciente para un profesional. A esto se refería Confucio cuando decía: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

En este sentido, realizar una actividad por vocación tiene muchos efectos positivos que repercuten en el bienestar psicológico a largo plazo. Para descubrirla, plantéate cuestiones como qué te gustaba hacer en tu infancia, cuáles son tus deseos, qué legado te gustaría dejar, a quién admiras y qué objetivos merecerían cualquier sacrificio por tu parte.

2. Aceptar nuevos retos

Los seres humanos tienden a evitar los riesgos para garantizar su seguridad. Es algo que llevan haciendo millones de años. Pero la estabilidad también tiene su lado negativo: la rutina provoca un desalentador estancamiento personal y profesional.

Si quieres superar esta situación, Robert M. Yerkes y John D. Dodson, clásicos autores de The Relation Of Strength of Stimulus To Rapidity Of Habit-Formation (1908), ya aconsejaron experimentar cierto grado de ansiedad al que denominaron nivel de “ansiedad óptima”. ¿Cómo? Saliendo de tu zona de confort y aceptando nuevos desafíos. Una meta que te será más fácil de asumir si amplías tu formación e incorporas nuevas habilidades que hasta ahora no dominabas y que te ayuden a impulsar tu carrera.

3. Aumentar las relaciones interpersonales

¿Sabías que, contar con un amigo en el trabajo hace que tu motivación laboral se dispare un 50%? Como seres sociales, las relaciones interpersonales tienen un importante impacto en el estado anímico de las personas.

Si tienes compañeros con los que mantienes un vínculo de confianza o construyes una red de contactos en la que apoyarte en el ámbito profesional, siempre podrás contar con ellos para animarte en esos momentos más críticos o darte el empujón que necesitas para emprender nuevos retos.

4. Practicar el optimismo

El optimismo está relacionado con una mayor satisfacción y bienestar. “Afrontar todos y cada uno de los momentos del día a día, los buenos y los no tan buenos, con una actitud optimista y siendo positivo, te ayudará a ser más feliz, a mejorar la calidad de tus relaciones sociales, y estar más a gusto contigo mismo”, apunta Carolina G. Nombela en el artículo de Forbes Por qué debes ser optimista en tu trabajo.  Además, las emociones son contagiosas, así que tu optimismo  se extenderá al resto de tu círculo.

5. Desconectar

Aprende a desconectar. Muchas veces, tu hartazgo no tiene más fundamento que el mero cansancio que sufres por no encontrar un equilibrio entre vida laboral y personal. Según el Estudio sobre conciliación y familia (2019), de Suavinex, el 62,4% de las mujeres afirma que tiene problemas para conciliar la vida personal, familiar y profesional.

De hecho, esta falta de desconexión genera sensación de hastío, apatía, estrés… En definitiva, desmotivación, así que, ¿has probado a pedir unos días libres? ¿O irte de vacaciones? ¿U organizarte mejor para no tener que alargar en exceso la jornada laboral?

6. Organizar y planificar

De igual modo, si el caos impera en tu día a día, empieza a cambiar de hábitos, porque el orden y la disciplina también contribuyen a mejorar tu motivación laboral.

Las personas con una alta autodisciplina y organización son más felices. Esto se debe a que, gracias a esta planificación y orden, vas a ser más eficiente, evitando la sobrecarga, que a la larga se convierte en desmotivación. Además, serás capaz de gestionar los conflictos y de tomar decisiones más rápidas y racionales.

7. Ampliar las habilidades y competencias

Por último, para afrontar esta renovación, es esencial que adquieras capacidades de forma progresiva  a lo largo de toda tu carrera, buscando programas que se adapten a tu situación y tus necesidades.

Cuando incorporas nuevas habilidades y competencias aumentas tus opciones laborales y, al mismo tiempo, te sientes con el conocimiento suficiente para embarcarte en nuevos proyectos. 

Este hábito de “reciclaje” lo llevan a cabo más mujeres que hombres. Así, una investigación desarrollada por Zenger Folkman en 2017 evidenció que en los primeros años de la vida laboral no existe diferencia de género significativa. En cambio, conforme avanza la carrera laboral, las mujeres profesionales mantienen el nivel de mejora continua, mientras que ese interés por el desarrollo constante disminuye en el caso de los varones.