A diez años de haberse sometido a una operación en sus glúteos con Aníbal Lotocki, Mariano Caprarola se animó a contar que fue víctima de una mala praxis por la que estuvo al borde de la muerte.
En un móvil con "Los ángeles de la mañana", el productor de moda contó que recibió un diagnóstico de calcemia, por el que tenía los niveles de calcio en sangre muy alto y que recién ahora, tras someterse a otra cirugía, pudo volver a la normalidad. "La verdad es que casi me muero. Yo empecé a sentir síntomas hace seis meses, y estaba sacándome piedras que tenía en el riñón, esto me provocó una calcemia y dolores de ciático muy grandes, que por suerte no estaba tomado porque si no, iba a una silla de ruedas”, empezó el panelista de "La jaula de la moda".
Y continuó: "Hace diez años que tengo en el cuerpo una sustancia tóxica que me aplicaron con inyecciones. Este médico que se llama Aníbal Lotocki me recomendó inyectarme este líquido para tener más cola. La sustancia es una silicona, en la que mezclan cosas como polímeros. Yo fui a la par de Silvina Luna”. Pero a diferencia de la actriz, el caso de Caprarola no llegó a afectar sus riñones.
¿Qué es el Síndrome de Asia?
"Descubrimos el 'Síndrome de Asia', puede causarte desde llagas sangrantes en todo el cuerpo, perder la visión, es como una especie de HIV, te bajan las defensas y te podés morir de un día para el otro. No hay medicación para esto. Empezás a tener ardor en el pito, insuficiencia renal, me salvé de lo que le pasó a Silvina Luna”, explicó Mariano. Además, aseguró que lo unía una amistad con Lotocki y que hasta le salió de garante para uno de sus consultorios.
"En su momento no conté quién me había operado por miedo. Casi me muero. Es algo que a mí me pasó. Lo cuidé, olvidándome de la gente que se había muerto o que estaba grave porque era mi amigo", relató, haciendo referencia a las graves denuncias en contra del médico. Luego de ocho años de búsqueda, encontró la solución a sus problemas y se sometió a una operación de seis horas para que quitaran esta sustancia tóxica de su organismo.
“El único médico que hace esta operación en la Argentina me contó que, cuando abren y van cortando, es como si cortaran plástico. Y una vez que quitan todo este líquido, que es hasta donde llega la tijera, ahí tienen que empezar a lipoaspirar. Esto es usado en una porción mínima por los odontólogos o los médicos cuando tienen que operar un hueso, yo tenía un litro en cada cachete”, denunció, angustiado.
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