Cristian Ezequiel Guarinos tiene 32 años y es oriundo de Ascensión. Desde hace varios años reside en Junín donde lleva una vida ligada a la música. Es profesor de guitarra en el Conservatorio Juan R. Pérez Cruz, de música en la Escuela Secundaria Unnoba, de filosofía en el ISFD N°129 y luthier.
En relación a su pasión por las melodías, desde principio de año se encuentra transitando una nueva meta en su vida: escribir un libro sobre la historia de la guitarra en nuestra ciudad, desde los tiempos del Fuerte Federación, que lo llevó a investigar muy profundamente en cada rincón de la Ciudad.
“La redacción del libro comenzó a principios de éste año. Pero para ser preciso, hace mucho tiempo se venía gestando la idea de una obra de éste tipo, sobre todo a través de la compilación de información y material sobre la guitarra en general que devino en un interés por lo que sucedía con éste instrumento a nivel local”, manifestó en diálogo con Democracia.
-¿Qué te llevó a realizarlo?
-El impulso a ir más allá de lo dado o la no conformidad con lo que se presenta inmediatamente es algo que le debo sobre todo a la filosofía. Creo que, como intérprete y constructor de instrumentos, el quehacer musical debe estar en diálogo con la tradición que le dio origen. Esto no quiere decir que uno sea reticente a “lo nuevo”, sino que dar visibilidad a un momento de la cultura musical nos permite poner en valor lo local y guiar una práctica instrumental y entender el rol del instrumento. Todo ello es trabajoso pero abre posibilidades enormes.
-¿En qué períodos de la historia te centrás?
-El libro se llamará una “Historia de la guitarra en Junín” que abarca desde 1830 a 1950, lo cual constituiría la primera parte. En unos años empezaré el tomo II que abarcará de 1950 a nuestros días, pero vamos paso a paso. La idea, en esta primera parte, es generar un panorama de la guitarra en Junín desde los tiempos del Fuerte Federación hasta 1950, que incluya tanto los usos “populares” del instrumento como los “académicos”.
-¿Cuáles son las fuentes de la investigación?
-La información consta de documentación variada. Desde partituras, artículos de prensa, críticas a conciertos, fotografías, y programas de concierto. La recopilación de todo ello es quizás la parte más trabajosa del asunto. Por otro lado, la constatación y ampliación de las fuentes la estoy realizando a través de entrevistas con familiares directos de músicos que han tenido una nutrida actividad musical en los albores del siglo XX Juninense: la familia Zerbini, Scarpatti, Caparelli y muchas otras. Gracias a ellos y a su amabilidad, de permitirme acceder a sus archivos familiares, el panorama de una época puede reconstruirse fielmente y con fuentes directas.
-¿Cuál es la estructura del libro?
-El libro se estructura en tres capítulos. El primero de ellos recoge todos los acontecimientos relativos a la guitarra entre 1830 y 1950, desde academias de enseñanza hasta conciertos, período en el cual aparecen muchos guitarristas desconocidos, que han tenido una gran importancia pedagógica y compositiva. También, se registran hechos relativos a la música en general que implican la guitarra. El capítulo II trata exclusivamente de Bautista Almirón, quien llegó a Junín en 1912. El “negro Almirón”, como lo llamaban sus amigos, representa la primera figura profesionalizada de la guitarra ejerciendo en Junín. El suple la carencia de un enseñante sólido, ya que muchos guitarristas juninenses, antes de su llegada, tuvieron que trasladarse a otros centros urbanos debido a la ausencia de un maestro. En 1914 nació la hija de Bautista Almirón: Lalyta, quien se convertirá en un verdadero prodigio. En 1919, Bautista se instaló en Rosario, no sin antes haber dejado una buena cantidad de alumnos de Junín y la zona, entre los cuales destaca el conocido caso de Atahualpa Yupanqui.
El capítulo III trata puntualmente otro hecho importantísimo: las visitas de Miguel Llobet a Junín. Llobet es una figura fundamental de la guitarra del siglo XX, el continuador, junto con Emilio Pujol, de la escuela del gran Francisco Tárrega. Es asombroso pensar que, quien era en su momento el guitarrista más importante del mundo, pulsó su guitarra a “Antonio Torres” por estos pagos. Ello ocurrió en 1918 en el Teatro Español y en 1929 en el Crystal Palace.
-¿Cuándo lo vas a lanzar?
-Está bastante avanzado, más de la mitad quizás. Y lo más importante es que tengo casi toda la documentación necesaria, aunque siguen apareciendo cosas nuevas. Pienso que quizás podría estar listo a fines de éste año y comienzos del próximo. Quiero reiterar, antes de terminar, mi agradecimiento a todos los que me han hecho llegar su aporte para enriquecer la investigación y al diario Democracia quien amablemente puso a disposición su archivo.
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