Un grupo de emprendedores argentinos, con ayuda de médicos del hospital Fernández y Ezeiza, diseñaron un casco que podría evitar el uso del respirador.
“Los cascos son similares a una escafandra, transparentes, y permiten inyectar el oxígeno con una presión superior, lo que genera un efecto benéfico en los alvéolos pulmonares, que en muchos casos colapsan por el efecto del covid-19. Además, evitan la dispersión del virus a través del aire expirado por el paciente, ya que cuentan con un filtro viral y bacteriológico”, explicó Marcos Ledesma, otorrinolaringólogo y uno de los dueños de Ecleris, la empresa que desarrolló el casco.
Se trata de un sistema de ventilación no invasiva que, según la experiencia internacional, “permite evitar entre un 30% y 60% de los entubamientos de los pacientes, liberando así el uso de respiradores mecánicos, uno de los insumos más críticos en esta pandemia”. “A diferencia de las mascarillas, nariguetes o bigoteras, estos cascos aíslan al paciente, le suministran oxígeno y a la vez protegen al personal sanitario, que hoy está muy expuesto al contagio del virus”, expresa Ledesma, que cuenta que su desarrollo comenzó cuando su socio, Miguel Lacour, contrajo coronavirus y corrió riesgo de vida.
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