Antonio Birabent, por ejemplo, tiene 40 mil seguidores en Instagram y decidió hacer un Live Story todos los días a las 20 horas, donde siempre cuenta con un par de cientos en contacto directo. “Cada noche -describe- es distinta y hay una gran improvisación. Siento que me voy soltando y encontrándole más el humor y la interacción. Empecé cantando mucho y hablando menos, pero igual sigo haciendo al menos dos temas. Algo muy lindo que pasó en las últimas emisiones es que las personas se suman y también cantan. ¡Me va a costar dejar esto cuando termine la cuarentena! Me daría pena perder este contacto”.
Otros músicos parten de sus redes personales y luego llegan a otras de alcance más masivo, como hizo Nahuel Pennisi, quien además va subiendo a su cuenta "recuerdos en cuarentena". El miércoles de la semana pasada el cantante hizo un Facebook Live desde Tucumán y repitió el sábado vía la cuenta de Clarín, donde pasó de 14 mil a 82 mil reproducciones. El mismo día, Rombai había arrancado a las 16 desde un escenario que improvisó al lado de su pileta, donde cantó en malla y tuvo más de 110 mil reproducciones de su primer post posterior en IG.
Tres horas más tarde, en el Instagram de Fernet Branca estuvo Dante Spinetta con un show que quedó colgado en YouTube, donde lo vieron más de 6 mil personas. De todas formas, más allá de los sponsors, Dante inventó un personaje llamado Gustavo Coral (“un astrólogo deforme”) y periódicamente sube sketches a su cuenta personal.
“El recital -dice- fue muy positivo, la gente lo vibró muy bien y a mí me sacó de la situación general y me puso en contacto con algo lindo como la música. Este es un momento donde conectarse a través del arte es una necesidad de todos, público y artistas. Lo hice realmente relajado y ni tenía una lista de temas escrita. Es algo real, que pasa ahí en el momento y tiene esa impronta y esa frescura en un momento histórico que todos estamos tratando de descifrar”.
Dos días después, hubo un evento online que para muchos pasó desapercibido y que solo registraron los fanáticos de Minecraft. Bajo el nombre de Raventena2020, fue el primer festival de música argentina dentro de ese juego, donde hubo catorce artistas entre las 16 horas y 3 de la madrugada, por ejemplo Coghlan, Aldo Benítez y Atemporal. El mapa y tutorial con los detalles estaban en la cuenta de Instagram que por ahora tiene 500 seguidores.
El recital online de mayor convocatoria en esa noche estuvo a cargo de Iván Noble, que hace varios días ya venía haciendo un microllamado Hacele caso a un otario en su Instagram, con más de 20 mil reproducciones por capítulo. Pero a las 23 horas del viernes convocó a 80 mil personas a un Fogón virtual, con auspicio de un portal de noticias, y hoy ya suma más de 200 mil visitas entre todas las redes.
“Fue salir a torear sin saber bien qué iba a pasar -recuerda- pero básicamente hice unas diez canciones y leí algo de Gelman. Es muy bravo porque la quintaesencia del vivo es que cuando terminás de tocar tenés el feedback de la gente y sabés si lo que está ocurriendo está bueno o no. Además decidí no mirar mensajes y no tener interacción con la gente ni estar pendiente de la pantallita. Recién cuando terminé leí los comentarios y me enteré de la repercusión que había tenido y de lo que le había pasado a la gente”.
Iván agrega que no cambiaría nada en un futuro concierto online: “Me parece que la gente busca arrimarse a la intimidad del tipo que hace canciones, espiarlo casi, y compartir esa cosa de entrecasa de estar en pantuflas. Lo que tienen estos shows es que desarman absolutamente todo el artificio que hay alrededor de las canciones, y lo único que importa es la emoción, que uno puede o no lograr. No hay más que un tipo que canta con uno o dos instrumentos, como en el estado primal y más primitivo del oficio. El resultado fue mucho más masivo de lo que pensaba, y en ese sentido es aún más grande el contraste. Si lo pensás físicamente es un estadio lleno, ¡y vos estás más cerca de irte a dormir en pijama que otra cosa!”.
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