San Valentín en tiempos de diversidad y deconstrucción
Cada vez son más los que se replantean conceptos como el amor o la pareja y buscan sus vínculos por fuera de los estereotipos tradicionales. ¿El romanticismo en retirada?
Un ramo de rosas rojas, una caja de bombones o un peluche con una tarjetita de letras doradas y cursivas que reza: “Te amo”.
Lo que para muchos fue siempre una cursilería y para otros verdaderos símbolos del amor, hoy un nuevo festejo de San Valentín -o “Día de les enamorades”, como le dicen muchos- ayuda a repensar el romanticismo y, por qué no, deconstruirlo.
¿Está en retirada el concepto de amor romántico? “No sé si en retirada pero sí bajo un profundo análisis y replanteo”, asegura Luciana Girone, psicóloga especializada en pareja y familia y para quien las nuevas formas de relacionarse de manera “sexoafectiva” son “menos hipócritas que décadas atrás, cuando el romanticismo estaba asociado bajo las formas de amor cortés que nos traía la literatura o las novelas clásicas.
Hoy, no tengo dudas, los vínculos son más honestos”. Parte de lo que dice Girone entra en perfecta sintonía con lo que viene planteando desde hace tiempo la escritora Tamara Tenenbaum, autora del libro “El fin del amor: querer y coger en el siglo XXI”, un ensayo que actúa como texto de referencia para muchas chicas empoderadas de hoy en día.
“Hay muchas diferencias entre la antigua y la nueva monogamia -asegura Tenembaum-: en la anterior había una asimetría mucho más clara que la gente estaba dispuesta a aceptar. Por un lado el sacrificio de la mujer que se quedaba en su casa cuidando a los hijos, o de muchas que salían a trabajar pero que aun así cuando volvían tenían que ocuparse ellas exclusivamente de los chicos y eso no se discutía. La infidelidad era también una cuestión asimétrica. Y ésa es justamente la gran diferencia: la asimetría se tolera cada vez menos”.
Miradas o teorías al margen, quienes abordan la temática coinciden en que son las nuevas generaciones las responsables de deconstruir la idea de romanticismo que traemos del siglo pasado.
“Los más jóvenes se vinculan de otra manera y no necesitan de ninguna etiqueta para hacerlo -asegura Girone-. Hoy a un pibe de 20 años no le parece descabellado que su novia le plantee una relación poliamorosa, del mismo modo que una chica no le dirá puto a su chico si éste le confiesa que también se siente atraído por un varón. Son los prejuicios los que etiquetan y dividen. Por suerte las nuevas generaciones aceptan distintas formas de vincularse y no tienen al noviazgo clásico y convencional como el estereotipo del verdadero y único amor”.
A caballo de esta nueva forma de ver y entender el concepto de romanticismo, el CCK anunció para hoy una programación especial a propósito del “Día de les enamorades” con actividades literarias, debates, baile y conciertos que proponen celebrar todos los tipos de amor, en una agenda abierta a todo público y con entrada gratuita.
La idea es clara: si antes se asociaba esta fecha con el hombre enamorado que, ramo de flores en mano, buscaba conquistar y seducir a una mujer, ahora se busca que no encasille estereotipos y pueda contener dentro de su amplio abanico todo tipo de relaciones y vínculos amorosos.
“Cambia el concepto del amor o del romanticismo de la misma manera que cambian conceptos como el de la soltería -plantea Girone-. Si antes una mujer que llegaba a los treinta sin pareja y sin hijos era poco menos que una paria, hoy es casi el ideal femenino de éxito y perfección. Las mujeres ya no necesitan del hombre para sentirse realizadas. ¿Por qué, entonces, deberían aspirar a una relación forjada bajo preceptos del siglo pasado en días en que los formatos del amor experimentan permanentes cambios y nuevas formas de existir?”.
El San Valentín versión 2020, además, trae aparejado un cambio en las tendencias de consumo que antes acaso no se veían.
“No sólo festejan esta fecha personas en pareja o que están enamoradas sino que muchos lo usan como una excusa para salir y compartir un momento con amigos u otro tipo de relaciones”, apunta el economista especializado en consumo Damián Di Pace, para quien “ya no se consumen tantas flores y bombones.
El disfrute se ve diversificado en diferentes destinos, entre los que el consumo de servicios ocupa el primer lugar.” La fecha hace que proliferen también eventos y fiestas “Anti San Valentín”, en los que una gran cantidad de personas eligen participar en rechazo a esta celebración.
El cementerio de la Recoleta, por ejemplo, fue sede la semana pasada de un evento de estas características donde concurrieron unas 100 personas, con una entrada de $200, y se relataron historias de desamor a través de las vivencias de personajes históricos.