Fue una noche importante para Jennifer Aniston la del domingo por la noche en Los Ángeles. La actriz ganaba un premio de la SAG y se reencontraba en público con su primer marido Brad Pitt, con el que estuvo casada cinco años y formó una de las parejas más icónicas de 2000. Todo lo que rodeó su presencia en la gala se analizó al milímetro como el traje que lució, un modelo confeccionado en satén blanco.
El diseño de Dior vintage se le adapataba a la perfección y lo más curioso, pese a la textura de su tele, no tenía ni una arruga. La actriz haciendo gala de su sentido del humor contó el secreto para que no se arrugara: fue casi tumbada en el coche que la llevó a la gala. Ahora ha publicado la foto de como quedó el vestido. La ha hecho en su Instagram donde se ve el diseño de Dior con el bajo sucio y muy arrugado abandonado en una espectacular bañera de mármol situada en un jardín junto al galardón ganado. Esta instantánea permite adentrarse en la increíble mansión de Jennifer Aniston en Bel Air, valorada en 21 millones con una vistas privilegiadas.
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