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VIVIR EN MODO “ON”

Vínculos en tiempos de Wifi: Las parejas y la influencia del uso de la tecnología constante

Cada vez más estudios advierten sobre la intromisión de las nuevas tecnologías en las relaciones de quienes viven una vida en modo conectado. Incluso sugieren una baja en la frecuencia de las relaciones sexuales.

No solo nos acostumbramos a ver grupos de gente reunida, y a cada uno de ellos inmerso en la pantalla de un teléfono celular sino que más de una vez, la misma escena se repite entre apenas dos personas: una pareja. 
A veces es ella la que le habla y él asiente sin quitar los ojos de su celular, sin saber bien qué le está diciendo. Otras veces es él quien le pregunta algo y ella tarda una eternidad en levantar la vista de la pantalla de la tablet. 
En los últimos años, cada vez son más los estudios que advierten sobre la intromisión que las nuevas tecnologías hacen en muchas parejas y hasta precisan que, producto de una vida en modo conectado -sea al celu o al streaming de una Led gigante-, son varias las que tienen relaciones sexuales con menos frecuencia. 
“Las crisis de pareja o la falta de comunicación entre uno y otro siempre han existido -dice la psicóloga Liliana Moreno-, pero es evidente que con el avance de la tecnología y sus diferentes dispositivos esas crisis se potenciaron y diversificaron”.
Para la especialista, sin embargo, la llegada de las nuevas tecnologías “tienen de positivo no sólo el confort y la conexión que generan sino también que abren la oportunidad de hablar sobre la inteligencia emocional y sobre cómo construimos nuestros vínculos. Donde hay crisis, siempre hay una oportunidad”.

Acceso a los dispositivos
Según un informe reciente publicado por una consultora europea con alcance global, el 55 por ciento de las parejas discuten por el uso excesivo de dispositivos móviles. Los resultados de ese trabajo, realizado a 18 mil personas de 18 países, mostraron que para el 53% de las personas “su relación ha mejorado desde que comparten sus actividades en línea, como cuentas y dispositivos”.
Del otro lado, las discusiones en torno al uso de estos aparatos recorren una variedad de problemas relacionados desde el uso excesivo de los mismos a incidentes de ciberseguridad.
Por ejemplo, el 51% ha discutido por usar dispositivos durante una comida o una conversación cara a cara, y más de la mitad (55%) de las personas ha discutido con su pareja debido a que pasa demasiado tiempo usando un dispositivo, una cifra que es más alta (58%) en las parejas que viven juntas, en comparación con el 49% de las que son novios pero viven por separado.
Otra fuente de fricción en las relaciones es “el acceso a los dispositivos”, dice la investigación, y detalla que “una cuarta parte (25%) ha discutido sobre a quién le toca usar el dispositivo, mientras que olvidarse de ponerlo a cargar (45%) y perderlo (28%) también es causa de desacuerdos entre las parejas”.
“Hay tantas contras como pros a tener en cuenta -dicen los responsables del trabajo-. Estos mismos dispositivos que ayudan a las parejas a reafirmar su amor cuando están separados, también pueden causar discusiones cuando se usan irresponsablemente”.
Este no es el único trabajo que hace foco sobre este fenómeno: la encuesta “Percepciones y Opiniones acerca de Internet”, realizada en distintos países latinoamericanos y que estudia las relaciones de pareja ligadas a las dinámicas de Internet y las redes sociales, encontró que el 57% cree que las nuevas tecnologías han complicado las relaciones de pareja. Asimismo, el 53% señaló haber conocido a una persona por Internet y el 24% consiguió pareja por este medio.

¿Menos sexo?
Para, muchos el avance de los dispositivos y el auge del streaming también conspiraron en este último tiempo para que, como se dijo, las parejas tengan relaciones sexuales con menos frecuencia. 
Una investigación realizada hace poco en Londres por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical sobre más de 34 mil personas se distintas edades, concluyó que las parejas están teniendo relaciones sexuales con menos frecuencia (esto no afecta tanto a las personas solteras y a los hombres menores de 25 años). Se midieron los comportamientos sexuales en tres décadas distintas: 1991, 2001 y 2012. 
“En un estudio vinculado, Wellings y sus colegas utilizaron tres encuestas nacionales transversales para comparar la frecuencia sexual real y preferida de los adultos en Gran Bretaña entre 1991 y 2012. Su trabajo sigue a otros estudios en países desarrollados que muestran que las personas se han vuelto menos sexualmente activas en la última década”, dice el informe, que no revisa causas, pero observa que las parejas casadas o que vivían juntas tuvieron un poco más de sexo en 2001 que en 1991, pero menos en 2012 que en cualquiera de los años anteriores.
En Estados Unidos, los números confirman la misma tendencia. De acuerdo a la encuesta General Social Survey (GSS), el 2018 fue el año en el que los norteamericanos tuvieron menos sexo. 
El 23% de los adultos consultados aseguró que no habían mantenido relaciones sexuales en todo un año.

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