El último informe de la Universidad Católica Argentina sobre la infancia reveló que durante el 2018 las cifras de pobreza en ese rango etario aumentaron más de 7 puntos, por lo que el 51,7% de los nenes y nenas es pobre.
La cifra es la más alta de la última década. Además, la región más afectada, el conurbano bonaerense, tiene 15% de chicos indigentes.
“La actual situación de crisis socioeconómica una vez más está golpeando con especial crudeza a niños, niñas y adolescentes”, sostuvo el estudio.
Al respecto, indica que la recesión, sumado al aumento de la inflación y el desempleo que el combo trajo aparejado, empeoró el acceso de los nenes y nenas a las comidas diarias.
En ese sentido, concluyó que casi el 30% sufre de “inseguridad alimentaria”, mientras que el 35% de ellos acude a comedores diariamente.
El reporte, cuya tarea estuvo encabezada por la socióloga Ianina Tuñón, indica que entre fines de 2017 y de 2018 las cifras de pobreza por ingresos dieron un salto que terminaron ubicando a ese indicador en su nivel más alto desde que el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia realiza este relevamiento.
El pico de 51,7% de 2018, refleja el impacto directo de la crisis y superó el 50,6% que se había alcanzado en 2016. Respecto a 2017, la diferencia es de 7,7 puntos.
La indigencia, por su parte, que incluye a aquellos chicos cuyos ingresos familiares ni siquiera cubren la canasta alimentaria, también se incrementó aunque en menor medida. En 2018, el 10,9% menores de 17 años estaba en esa situación.
Paralelamente, creció la cobertura de la Asignación Universal por Hijo: a fines del año pasado, 4 de cada 10 chicos era beneficiario de esa asistencia.
Además, el informe especificó que la situación en el Conurbano bonaerense empeoró en relación al resto de los grandes centros urbanos nacionales. La pobreza, en esa zona, alcanza al 63,6% de los chicos, mientras que la indigencia afecta a 15 de cada 100 chicos, lo que también en los dos casos representa la cifra más alta de la década.
Por último, el trabajo reveló que el indicador de inseguridad alimentaria, entendido como la reducción de la dieta durante los últimos 12 meses por problemas económicos, mostró un deterioro. El 29,1% de los chicos sufrieron este tipo de déficit, mientras que el 13% tuvieron inseguridad alimentaria severa que, directamente, representa que ese chico, chica o adolescente pasó hambre.
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