Todavía falta evidencia científica

La planta de marihuana, la cannabis sativa o índica, tiene muchos componentes químicos: aproximadamente 400. De esa cantidad, alrededor de 80 son cannabinoides y uno de ellos es el cannabidiol. Se ha demostrado que el cannabidiol tiene efectividad terapéutica en distintos aspectos médicos. Por ejemplo, en el control de vómitos, en el estímulo del apetito, en la disminución de la presión intraocular, en el aumento de la dilatación bronquial y para mitigar la repetición de convulsiones en enfermedades específicas, sobre todo en niños. De todas maneras, este tipo de efectos necesita ser demostrado científicamente. La evidencia que tenemos hasta el momento no es suficiente para avalar como medicamento este componente de la planta de marihuana. Sería importante poder contar con estudios. Pero para eso debería haber una ley que permitiera el cultivo de la planta para investigación. Así contaríamos con evidencia sólida que acreditase el uso de algún componente de la planta como medicina. Aunque uno de los componentes químicos, sí pudiera ser beneficioso, hay que seguir investigando y demostrarlo.
Vale decir que, en ningún caso, fumar marihuana tiene propiedades medicinales. Al contrario: el hecho de fumarla ya es nocivo para la salud.
Es posible hacer una comparación clara con el opio, cuyo cultivo es limitado. Su siembra y posterior cosecha se realizan con el fin de obtener algún tipo de medicación, como la morfina o derivados. Del opio también es posible obtener heroína. En ningún caso las propiedades analgésicas de la morfina se consiguen por fumar opio, aunque en Oriente esto sea un hábito.

(*) Jefe de Toxicología del Hospital Fernández, docente de la UBA y director de Fundartox

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