La sola idea de viajar, para aquellos que disfrutan de hacerlo resulta desde el comienzo una experiencia motivadora.
Proyectar, decidir es siempre placentero, incluso con el posible estrés pre viaje, en torno al proceso de organización.
Primero, al pensar en el destino, con quien viajaremos y la forma en que lo haremos son puntos de partida elementales para luego buscar precios y opciones.
Puede que el viaje implique un destino al otro lado del mundo o a algún rincón cercano; puede ser que la experiencia se viva solo, en pareja, con familia o amigos pero sin dudas emprender un viaje y alejarse de la rutina, aunque solo sea por algunos días es siempre una oportunidad de experimentar y crecer, más allá del ocio o el descanso.
Existen muchas razones por las que un viaje resulta redituable o como suele decirse, “la mejor inversión” en cuanto al dinero que implica.
Si hablamos de vacaciones, lógicamente se trata de un descanso, de una forma de desconectar de la rutina que permite recargar energías para volver a la vida laboral.
Un viaje siempre implica un desplazamiento: alejarse de las preocupaciones diarias y hábitos que conforman nuestra vida diaria y poder verlos en perspectiva.
En un plano más profundo, viajar permite un tiempo para reflexionar sobre muchos aspectos de nuestra vida, incluidas nuestras decisiones.
Aprendizajes
Emprender un viaje, más allá de lo vacacional, representa un sinfín de nuevas experiencias que enriquecen la mente.
Nuevos lugares, nuevas personas, nuevas culturas de las que siempre aprendemos algo nuevo, incluso no solo desde lo culinario sino desde intentar la comunicación con una lengua diferente a la nuestra.
Sin dudas ello también implica dejarse llevar. No pensar en rutinas sistematizadas sino aprender a resolver e improvisar en el momento ya que viajar implica también toparse con asituaciones e imprevistos para resolver.
Muchas veces, durante un viaje descubrimos incluso facetas propias que tal vez desconocíamos.
Para muchas personas viajar es una forma también de conocer al otro: la convivencia durante los días de viaje son clave para las relaciones de todo tipo y mientras en algunos casos es punto de partida, en otros es punto final.
Conocer otra forma de hacer las cosas, ponerse en la piel del otro, descubrir puntos de vista son solo algunas de las ventajas de viajar, aprendizajes que enriquecen no solo a los adultos sino también a los más chicos.
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