El presidente de Estados Unidos envió este lunes al Congreso una propuesta de presupuesto para el ejercicio fiscal de 2020 que tiene escasas posibilidades de pasar el corte del Capitolio, debido al amplio rechazo demócrata, pero supone toda una declaración de intenciones de la política de Donald Trump de cara a la próxima contienda electoral. El proyecto plantea recortes de calado para la Agencia de Medio Ambiente o en programas sanitarios públicos, mientras fija un aumento de cerca del 5% en el gasto militar y una dotación de otros 8.600 millones de dólares para la construcción del polémico muro en la frontera de México. Los legisladores deben llegar a un acuerdo con Trump antes de octubre para evitar un nuevo cierre del Gobierno.
Con los demócratas controlando la Cámara de Representantes y los republicanos, el Senado, el actual plan presupuestario de Trump llega ya herido de muerte al Capitolio y tendrá que pasar muchas revisiones para tratar de lograr el consenso de ambos partidos. Un primer escollo trascendió el domingo, cuando varios medios avanzaron la petición de nuevos fondos para ese proyecto de muro que incomoda incluso a correligionarios del presidente. Lo conocido en la propuesta del lunes refleja que las diferencias irán más allá.
Bajo el título “Un presupuesto para una América mejor”, el plan de Trump es una radiografía de su ideario. Alcanza un total de 4,7 billones de dólares, lo que sería el mayor presupuesto de la historia, con un gasto de hasta 750.000 millones de dólares en Defensa, lo que supone un incremento de casi el 5% y tiene a los 716.000 millones de 2019. Mientras, plantea un fuerte recorte en los programas discrecionales ajenos a lo militar, lo que pasaría factura en capítulos como los la agencia medioambiental (31%) o la ayuda exterior, menguando lo previsto de 597.000 a 543.000 millones.
Busca, además, tijeretazos en planes obligatorios por ley, como un ahorro de 845.000 millones en una década en la cobertura sanitaria de los mayores de 65 años (el programa Medicare) y una reforma del sistema para la de las personas con menos recursos (Medicaid) que reduciría su partida en 241.000 millones en el mismo período. Sí contempla, sin embargo, incrementos para combatir la lacra de los opioides. En total, plantea un recorte del 5% en el gasto federal, es decir, unos 2,7 billones en 10 años.
Pese a los recortes, las cuentas del país más rico del mundo no cumplen con lo prometido por su presidente, que garantizó reducir la deuda federal y poner en equilibrio ingresos y gastos públicos. Con la rebaja de impuestos más importante desde la era Reagan aprobada hace un año, esos números no cuadran. La deuda pública escalará de los 22 billones de dólares este año hasta 31 millones en una década en los actuales presupuestos. Y el déficit, aun considerando un crecimiento económico del 3% en los próximos 10 años, pronóstico en la banda optimista, aún sumará 202.000 millones en una década.
PRESUPUESTO
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