Poco después de las 15, fuentes policiales confirmaron que Kimey Dominic De Moraiz, el niño de tres años que desapareció de su casa el miércoles en San Francisco Solano, fue encontrado en su barrio a diez cuadras de su casa en un inmueble en la esquina de 821 y Donato Alvarez tras un intenso rastrillaje con perros a cargo de la Policía Bonaerense. Las mismas fuentes confirmaron que el chico se encuentra en buen estado.
La Policía Bonaerense también detuvo a un hombre que estaba con él al encontrarlo. Fue identificado como Horacio Armando Soto, argentino, de 38 años de edad.
El arrestado no tiene antecedentes penales, apenas una contravención que data de 2013. Los vecinos indicaron que se dedica a la pintura de carteles.
El expediente está en manos de la UFI Nº 1 de Quilmes.
Fue iniciado luego de que la madre de Kimey, Viviana Coronel, denunciara la desaparición del chico después de que lo dejara a cargo de un amigo, un joven de 16 años que descuidó al menor cuando comenzó a jugar a la PlayStation.
La búsqueda con perros a cargo de la Departamental de Quilmes, los condujo hasta un inmueble a siete cuadras de la casa de los Moraiz. Arribaron hasta allí tras reconocer a Soto en un registro fílmico del miércoles a las 19 en el que se lo observa llevándose al menor.
Los vecinos comenzaron a agolparse con gritos y piedras en mano frente a la casa del detenido luego de su traslado: la Policía Bonaerense formó un cordón en la puerta con uniformados con cascos y escudos para evitar destrozos. Con el pasar de las horas, los incidentes se disiparon.
Quién es el acusado
Por el momento, Horacio Soto, de 38 años, sin antecedentes, es el único detenido por el secuestro del niño de tres años que el miércoles había desaparecido de su casa. En la entrada al lugar donde fue encontrado el niño se pudieron ver escombros, maderas, como también una mesa larga donde se realizarían trabajos de pintura, ya que Soto se dedicaba a hacer manualidades y era fileteador.
Ya en el interior de la vivienda, en el comedor había algunos alimentos sobre la mesa -galletitas, huevos, azúcar-, contaba con un dormitorio con una sola cama y un baño.
En el edificio según pudo saber este medio vivían ocho familias y el detenido vivía solo en la parte del fondo, donde alquilaba un espacio. Incluso, el dueño de la edificación se encontraba este jueves por la tarde prestando testimonio. Fuentes cercanas remarcaron que el acusado tenía muy mala relación con sus vecinos.
Según relataron, Matías y Carlos, dos vecinos del barrio, se metieron por la fuerza en la casa donde estaba Kimey. Lo habían identificado a través de la televisión y lo vieron junto con el hombre que se lo había llevado. Ingresaron a su vivienda, se llevaron al menor y se lo entregaron a la Policía.
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