Se llama Aluminé y ahora tiene tres meses de vida, pero cuando el 8 de octubre fue trasplantada del hígado tenía apenas 27 días de vida y pesaba tan sólo 2,5 kilos. Su papá fue su donante y la operación se realizó en el Hospital Austral.
Es un caso inédito en la Argentina y uno de los pocos casos en todo el mundo. Es que si bien los trasplantes de donantes vivos en niños son frecuentes no había registro de uno hecho a tan corta edad en el país, y hay pocos en todo el mundo.
Aluminé nació en Comodoro Rivadavia, y de allí la derivaron al Austral con el diagnóstico de hepatitis aloinmune neonatal: la operó un equipo de 30 profesionales. Por el tipo de trasplante, tanto ella como su papá fueron intervenidos simultáneamente en quirófanos diferentes.
“Esta patología se genera porque durante la gestación, la mamá genera anticuerpos y una alteración en el metabolismo del hierro, lo que produce un depósito anormal de hierro en el hígado durante el embarazo. Los bebés cuando nacen pueden hacer falla hepática fulminante o, como pasó en este caso, fibrosis y cirrosis en el hígado, por los depósitos de hierro”, explicó a Clarín el doctor Martín Fauda, cirujano de trasplante de la Unidad Hígado del Hospital Universitario Austral.
Tras la operación, el papá de Aluminé dejó en claro que no le importaba que fuera necesario de un trasplante con tal de salvar la vida de su bebé: “Yo ya estaba contento sabiendo qué era lo que tenía y si la solución era el trasplante, yo estaba feliz, no me importaba nada. Lo único que quería era verla bien”.
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