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LITERATURA

Lobato: “La importancia de la poesía es que podés transformar la realidad”

Su último libro de poesía, “Huapalcalco, la otra mirada”, fue presentado en México, con notable éxito. En una entrevista con Democracia el escritor realiza un recorrido por su obra y da pistas sobre su particular proceso creativo. Pasen y lean.

El poeta juninense Darío Lobato descubrió “el ojo de Huapalcalco”, en México, un hallazgo poético que plasmó en su último libro, “Huapalcalco, la otra mirada”, que conjuga en un formato apaisado poemas y fotografías de la diosa de los acantilados, que forma parte del entorno de las ruinas de Huapalcalco.
En una entrevista con Democracia, el escritor de nuestra ciudad explica que se trata de un “ojo” perfecto que mira al horizonte, el cual, además de la invención poética, convierte a esta zona en objeto de estudio para los arqueólogos.
“Huapalcalco es una región de flores y cantos, donde una mirada vale diez vidas, siempre hay pájaros que van y poetas que regresan”, pincela Lobato. Y agrega: “Es un desnudo indescifrable, es casi un teorema, pero un teorema tiene una resolución, y en Huapalcalco no hay respuestas; cada día hay más preguntas”, acuña.  

-En tus libros hay un recorrido, donde las palabras se fueron afilando en el poema, con la paciencia de un orfebre, y al mismo tiempo se fueron haciendo más herméticos, más interiores o introspectivos.  
-Agoté la poesía interior. La poesía que me habita, la agoté, hice un recorrido. Y ahora trato de tomar la poesía de la creación, la llevo adentro mío y la transformo, que es lo que estoy haciendo en México. 

-En tus últimos libros es central el contacto con la naturaleza. 
-Huapalcalco me llevó a eso, y no diría que es una casualidad; en poesía no hay casualidades. En mis libros anteriores, “El cielo que no te ofrecen”, “El otro Judas”, “Granadas que se hacen rosas”, son todos libros que estaban adentro mío, todo lo que estaba adentro mío lo transformé en poesía y lo saqué. En Judas también, yo soy Judas, lo transformo y lo defiendo, y qué mejor para defenderlo que hacerlo siendo yo. 

-¿Cómo fue el proceso de escritura de “Huapalcalco, la otra mirada”?
-Esto llevó un proceso de once años, yendo a México dos veces por año, y este año fui tres. Este libro fue un desafío, porque utilizo veinte fotografías, de las cuales la mayoría son mías, pero hay fotos de otros autores mexicanos, y también hay una obra maestra, una transformación de la diosa que está en los acantilados, girada, al revés, y hace una transformación maravillosa. Mi desafío era poner tres poemas por foto, como la fotografía es un instante, el poema intenta poner en movimiento los instantes.

La mirada mía es poética, por eso pude hablar en las universidades, en los colegios, siendo un extranjero. Conozco, por lo que ellos hablan, sus leyendas, pero yo hablo de la parte mágica del lugar, y lo hago a través del lenguaje poético. La pregunta sería, ‘¿por qué esas piedras, y no las piedras de mi país?’ Bueno, uno no puede escribir sobre lo que quiere, esos lugares te eligen, te provocan, y esa provocación te lleva a una búsqueda en el lugar. 

El ojo de la diosa en el acantilado lo descubrí yo, pero no me interesa quién lo hizo, si lo hizo el hombre o no, los arqueólogos dijeron que no lo hizo el hombre, pero los míos son hallazgos poéticos. A cierta hora el ojo en la roca se ve humano. En 2016 se alinearon la Luna y Venus, dos astros que se adoraban ahí y esto produjo una elevación de energía. La respuesta de los habitantes fue increíble, se me permitió hacer la presentación en ese lugar, adelante de la pirámide. El lugar se está rescatando, hay una asociación civil que está haciendo los trámites para que el lugar sea protegido como sitio arqueológico. Yo lo único que hago es un aporte poético, sobre el aspecto mágico del lugar. Yo con la poesía nunca voy a poder modificar el lugar, eso lo tiene que hacer otra gente. Lo que sí puedo hacer es transformar el lugar, eso es lo que puede hacer el artista en Huapalcalco, mostrarlo de una manera diferente. 
Los nopales tienen espinas, son feos, pero la palabra “nopales” ondula. Si yo digo: “Las ánimas resbalan sobre los acantilados/ y se hamacan entre los nopales/ desoyendo la voz de la madera/ los huesos prefieren la tierra.” Pero fijáte que yo hago hamacar entre los nopales, y si te llegás a hamacar en la realidad, te pinchás, porque tienen espinas. Entonces, yo los transformo, y los nopales son bellos, te dan de comer. 

Los puntos que busco en La jerarquía del punto, la mayoría son interiores, y tienen que ver con Huapalcalco. No escribo todos los días, o sí, porque pienso en poesía, allá hablo en poesía. Junín ayuda, acá está todo lo que más quiero. Extraño Junín cuando estoy allá, y viceversa, son dos exilios. Si Huapalcalco se mueve con el corazón y está vivo como yo digo, yo me lo traigo, y me lo traje, si yo escribo estos libros en Junín es porque me lo traje, los acantilados me los traigo, los llevo adentro. 

-¿Qué es la poesía?
-Poesía no es solo escribir versos, la poesía es una actitud, la fuerza creadora que tenemos adentro y que todos disponemos, para darle sentido a la vida, porque la vida no tiene un sentido extra poético, tenemos la poesía que está adentro nuestro, que es la que tenemos que agotar. 

-¿Por qué hoy se lee tan poca poesía?
-Porque hoy tenés todo, desde Netflix, donde no tenés que pensar demasiado. Este libro sugiere, estos versos sugieren un montón de cosas. La poesía se lee poco porque es un género que no se puede consumir de una sola lectura. La importancia de la poesía es que podés transformar la realidad, esa es la palabra clave, al igual que la búsqueda, que es un puente que une la realidad y el mundo interior. 

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