La escritora radicada en Junín María Ester Irusta acaba de publicar su segundo libro de poesía, “En el umbral del tiempo” (Ediciones de las Tres Lagunas, 2017), en el cual el concepto del tiempo atraviesa las páginas del libro.
Nació en General Pinto, escribe poesía y relatos, es docente de educación especial y docente de psicología, recuperadora de problemas de aprendizaje. Desde la infancia sintió inclinación por la escritura.
“Desde chica ya sentía inclinación por la escritura. Cuando cursaba quinto o sexto grado la maestra nos daba un tema de redacción y yo hacía cuatro versiones más. Éramos cinco amigas inseparables, que fuimos desde el jardín hasta el terciario, todas juntas, entonces yo les hacía el trabajo. Ya me gustaba, pero era un gusto nomás. Escribía en los cuadernos que todos los jóvenes tenemos hasta que en el año 1968 mis padres y los de mis amigas nos anotaron en el colegio de Lincoln porque en General Pinto, donde yo vivía, había hasta tercer año del ciclo básico. Pero nos cansamos del régimen de ese colegio, por más que era muy bueno, y nos pasamos al Normal”, afirmó.
“En el Normal, cuando todavía vivía el profesor Balarino -el concertista de piano, que era director del colegio- organizaron, junto con el diario Nueva Tribuna de Lincoln, un certamen de cuentos. Mis amigas me decían que intervenga, y yo para esto ya tenía inclinación por la escritura, intervine y gané el primer premio y Alicia Bianchi ganó el segundo. Ahí nos conocimos y nos hicimos amigas”, contó.
Y agregó: “En el secundario yo ya escribía y me apasionó aún más la literatura, gracias a una profesora que nos hacía hacer literatura comparada y buscar imágenes sensoriales, hipérbaton. Los otros chicos la odiaban pero a mí, que me encantaba, iba descubriendo las figuras literarias en lo que leía. Además era muy buena lectora, pasaba mis días leyendo.Después de ese primer premio empecé a participar de muchos certámenes, gané 15 premios. Uno de ellos, en homenaje a Alfonsina Storni, fui a Buenos Aires. En la entrega de premios estaban familiares de Alfonsina Storni y muchas personalidades. De tantas participaciones un día recibo una carta, para esto ya vivía en Junín, de Cánepa Leiva invitándome a participar en una cena de fin de año, junto a otros escritores, y felicitándome por los tres premios que había ganado ese año. También me abría las puertas del taller literario; yo no sabía lo que era un taller literario. Estaba muy abocada a leer y escribir, estudiar, trabajar. Decidí ir a la cena y ahí me encontré con mucha gente conocida, me entusiasmó y al año siguiente, en 1985, ingresé al taller literario y participé de él durante nueve años estudiando poesía y después hice dos años más estudiando narrativa. Escribí en esta etapa cuatro antologías junto a otros escritores que participaban del taller y otras cinco de premios de certámenes. Después me retiré del taller porque quería hacer mi libro propio. Cánepa siempre me decía: “Tenés que escribir tu libro”, y yo ya estaba cansada de ver todos los cajones de mi casa llenos de papeles y papeles. Y así los reuní y edité mi primer libro, ‘Círculo de fuego’. El segundo libro es ‘En el umbral del tiempo’. El tercero va a ser narrativa, relatos de vida que acontecieron en la ciudad, a mí o a personas cercanas o temas universales. Son relatos cortos, ya me falta poco para tenerlo listo”.
Llueve una tristeza
Esta tarde,
la lluvia
es una breve visión
que me acompaña.
Tras el cristal
tu rostro,
desde un otoño
que no nos pertenece,
quiere robarme el HOY
y el TODAVIA.
La poesía, “una esencia de belleza”
“La poesía para mí es una esencia de belleza que sustenta las cosas. No está visible para todo el mundo porque es ver más allá de lo material. Una sensibilidad que te permite captar la alegría, la tristeza, el dolor de otra manera que no es la usual. Si bien el proceso de escribir es interno, lo interesante es compartirlo, cuando los versos llegan hasta el alma de una persona, la tocan y la transforman”, expresó.
Y se refirió al proceso de escribir un poema:
“Cuando nos despertamos, en esas horas de ensueño que todavía no estás bien despierto ni bien dormido, surge una frase. Yo acostumbro a tener una libreta en la mesa de luz y la anoto porque me ha sucedido que me surge una estrofa entera de un poema y no la escribo y cuando me despierto tengo las palabras sueltas, pero esa esencia no la tengo más. La escritura no es fruto de la inspiración, es más del esfuerzo. Vos podés tener una frase que te inspira, la anotás, pero después hay un proceso interior que vas trabajando. Hay que dejarlos en estado de reposo a los poemas, tomar distancia, porque después, cuando lo leés en frío, ves lo que no viste estando bajo esa pasión de escribir. Entonces vas corrigiendo, quitando, a veces pongo una palabra y la subrayo porque sé que esa palabra la tengo que seguir trabajando. En este proceso de escritura trabajo la palabra pero también la forma”, afirmó.
Cárcel de los sentidos
Se me eriza la piel
con tu mirada,
lenguaje
diamantino
que atraviesa
el desierto
de mis horas...
Descubierta,
acorralada,
prófuga,
huyo,
paralizada
en un tiempo
sin tiempo y
mi refugio
inviolable
es el silencio...
¡Cárcel
de los sentidos!
“El tiempo interior”
“En el umbral del tiempo, el tiempo atraviesa todas las páginas del libro. El tiempo se presentamás como un interrogante que como un problema. Existe en ese tiempo, en base a dos teorías a las cuales suscribo, la que considera el tiempo como algo lineal, continuo y a lo que permanece como telón de fondo en el escenario de nuestras vidas. Todo lo que nos ha acontecido”, explicó.
Y amplió: “Pero después hay un tiempo subjetivo, que es el tiempo del alma, el interior, el que nos hace revalorizar de todo lo sucedido algunas cosas y descartar otras, porquesi los recuerdos no tuvieran olvido, nuestra cabeza explotaría. Entonces ese tiempo interior es el que se desarrolla en ese proceso de escritura, que es muy silencioso. Yo considero que el tiempo interior supera al tiempo material”.
“En relación con el tiempo, me surgieron algunos interrogantes, ¿existe el tiempo? ¿Estamos en el tiempo o el tiempo está en nosotros? ¿O solo lo atravesamos en un segmento de nuestra vida que llamamos vida, entre el nacimiento y la muerte? Todos esos interrogantes se desarrollan en distintos poemas. Es como un agradecimiento a la vida”, señaló.
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