Débora Pérez Volpin falleció mientras le hacían una endoscopía en el Sanatorio de la Trinidad de Palermo. Durante el procedimiento, la periodista y legisladora se descompensó y no pudo ser reanimada. El endoscopio utilizado para el estudio es, por lo tanto, un elemento clave en la investigación.
Los días siguientes al fallecimiento, la Justicia ordenó dos allanamientos al sanatorio. Se secuestró, además de la historia clínica, el endoscopio con el que se realizó el estudio completo con el procesador, el CPU, y dos sondas, y se pudo determinar que el procedimiento no había sido grabado.
Además, se retiró información digital e impresa del resonador magnético y tomografía, información del equipo anestésico e información general de estudios realizados a la paciente como ser análisis de sangre y electrocardiogramas.
Sin embargo, los abogados de la querella manejan la hipótesis de que ese equipo secuestrado no fue el que se utilizó para hacerle el estudio a la periodista. Estiman que “lo cambiaron”.
Los querellantes le mostraron una foto del equipo secuestrado a un perito gastroenterólogo, con experiencia en endoscopías y respondió que el equipo mostrado es muy antiguo, que no se usa hace muchos años.
MISTERIO
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