Manuel Marcelino Gutiérrez trabajaba como cartero en Puerto Madryn y en 2009 fue descubierto por la policía con la casa repleta de cartas. Una denuncia por violencia doméstica hizo que durante el allanamiento en la vivienda del hombre, la policía descubriera 26 bolsas de consorcio llenas de correspondencia privada que nunca había sido entregada. Los efectivos perdieron la cuenta en ese mar de papel: había más de 19 mil cartas abiertas.
Por el delito de "violar y ocultar correspondencia privada", Gutiérrez fue condenado en 2015 a un año de prisión en suspenso. En julio del año pasado, el ahora excartero fue citado por el Tribunal pero nunca se presentó. "Después de que en 2016 la Cámara Federal de Casación confirmara la condena, fue citado para que cumpliera ciertas obligaciones como tareas comunitarias pero no apareció y lo estamos buscando", contó el juez de la causa Enrique Guanziroli.
Son miles las historias de personas que nunca recibieron la respuesta que esperaban, durante todo ese tiempo, el cartero compulsivamente se las guardaba. Según explicó el juez, entre tantos papeles encontraron los resultados de un grupo de chicos que participaron de una Olimpíada de matemática y nunca recibieron la nota. También, descubrieron decenas de cartas de bancos que confirmaban, a diferentes familias, que les habían otorgado un crédito.
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