EL IMPUESTO AL VINO "PODRÍA CAUSAR UN EFECTO POSITIVO" EN LA LUCHA CONTRA EL ALCOHOLISMO", ASEGURA UN EXPERTO

La aplicación de un nuevo impuesto a las bebidas alcohólicas "podría causar un efecto positivo" en el tratamiento del alcoholismo, "siempre y cuando se la integre con otras acciones" como un riguroso control de los puntos de expendio y la implementación de un plan nacional de salud sobre este tema, opinó un experto.
"Creo que por sí sola una medida impositiva no puede disminuir el alcoholismo, pero sí pienso que lograría un efecto positivo si se integrera con otras acciones", dijo a Jorge Pellegrini, psiquiatra especialista en el tema.
Esta semana el gobierno nacional anunció su intención de enviar al Congreso un proyecto de reforma tributaria que aplicaría, en forma gradual, un impuesto de entre 10 y 17 por ciento a vinos y espumantes por considerarlos dentro de las bebidas no saludables.
Para explicar este punto, Pellegrini citó a la Organización Mundial de la Salud (OMC) que recomienda gravar la producción de bebidas etílicas y poner normas a las bocas de expendio, es decir, que haya lugares y horarios delimitados para comprar licores, vinos y espumantes.
"Creo que si se tomara una medida como esta, buena parte de la recaudación debería destinarse a implementar un plan nacional sobre alcoholismo. Es algo que se pide desde que comencé a ejercer la medicina hace 51 años", opinó.
Por otro lado, Pellegrino dijo que es importante que se discuta sobre el aumento de la carga impositiva sin enfrentar derechos.
"No hay que confrontar el derecho de la salud pública con el derecho de los trabajadores que se desempeñan en la industria del alcohol. Hay que atender tanto las fuentes de trabajo como la salud de 5 millones de hogares argentinos en los que se padece por esta adicción", destacó.
Según el creador de los Grupos Institucionales de Alcoholismo, la producción de alcohol tributaba al fisco hasta 1991, pero la Secretaría de Comercio la quitó con el argumento de que lo que el Estado dejaba de percibir lo iba a recuperar en IVA ya que aumentaría la venta de alcohol.
"El consumo de bebidas alcohólicas se ha multiplicado en estos años. Sólo en los últimos diez creció un 800% en los menores de edad. No podemos seguir mirando eso. Debe haber una política integral para abordar este problema", afirmó.
Se calcula que en la Argentina cerca de 4,5 millones de personas son alcohólicas y que el 30% de las camas de los hospitales del país están ocupadas por pacientes con enfermedades derivadas del consumo excesivo de alcohol.
En algunos países como Suecia es el Estado quien tiene el monopolio de la producción de alcohol ya que entienden que su regulación no es sólo una cuestión relativa a la producción económica sino también de salud pública.
""El papel del Estado en esa tarea es insustituible. Aún hoy la mayor parte de la sociedad trata al alcohólico no como un enfermo sino como un vicioso y no como un enfermo, por lo que es una cuestión cultural que va a llevar mucho tiempo revertir", afirmó.

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