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INSEGURIDAD ALIMENTARIA

Hay 1.200.000 chicos con problemas graves para alimentarse en la Argentina

Según los informes de la UCA, la pobreza estructural del país no se mueve desde hace por lo menos 30 años y afecta a entre el 20 y el 25% de la población.

Según se desprende del capítulo Alimentación del nuevo informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (UCA), que será presentado hoy, en materia de inseguridad alimentaria, dos de cada 10 chicos viven en hogares que se encuentran en situación de vulnerabilidad en el acceso de alimentos. Uno de cada 10 experimentó situaciones de inseguridad alimentaria grave, es decir, hambre, durante el último año. “Esta tendencia se profundizó levemente entre 2015 y 2016”, dice el informe de la UCA, “y de manera particular en el estrato trabajador marginal, el estrato bajo y en espacios de villas o asentamientos urbanos”.
En 2015 había 2.704.000 chicos en situación de inseguridad alimentaria y entre ellos 1,1 millón con problemas graves en este sentido. En 2016, la inseguridad alimentaria en chicos de 0 a 17 años llega a 2.821.000 y de ellos hay 1,2 con graves problemas para alimentarse.
El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, elaborado por el Observatorio, analiza la situación de privación de alimentos entre 2010 y 2016. La encuesta se realiza en 20 aglomerados urbanos de 80.000 habitantes y más. En este período no se registran grandes cambios. “En 2010, se estima que el 22% de los niños/as de entre 0 y 17 años vivía en hogares que habían disminuido el consumo de alimentos en cantidad y calidad por sus problemas económicos. Se trata de 2,8 millones de chicos y se llega a 2016 con un 21,7% en igual situación. Las diferencias porcentuales no son estadísticamente significativas”, dijo Ianina Tuñón, investigadora responsable del Barómetro de la Deuda Social Argentina de la UCA.
Por otro lado, “la inseguridad alimentaria severa que afecta de modo directo a los niños (se trata de chicos que tuvieron hambre en los últimos 12 meses) en 2010 tenía una prevalencia de 10,7% y en 2016, de 9,3%. Es decir que salieron de la situación de riesgo alimentario aproximadamente 182.000 niños/as de entre 0 y 17 años”. 
Las transferencias de ingresos, que fueron en ascenso desde 2011, más la ayuda alimentaria directa, ayudaron y ayudan a las personas que padecen inseguridad alimentaria severa. “Sin estas políticas, estos valores serían muy superiores”, agregó Tuñón, y aclara que, de todas maneras, son insuficientes para erradicar el problema, ya que no todas las transferencias de ingresos pueden destinarse a la alimentación.

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