La feria Masticar, que el año pasado reunió a más de 150 mil personas, ofrece al público 120 platos entre los que se destacan varios por su originalidad y por la posibilidad de probar las propuestas de los restaurantes más famosos de la Ciudad con precios de $60, $80 y $100.
Mientras que Chila, donde cocina la chef Soledad Nardelli, ofrece un paté de ñandú, avellana y ajo negro; La Mar, del peruano Anthony Vázquez, tiene entre sus opciones dos tipos de cebiche, un clásico de su restaurante: cebiche carretilla y cebiche a la brasa.
También vale la pena hacerse un lugar para el sándwich de chinchulín de cordero, hojas de alcaparra, tomeya y lechuga capuchina, uno de los platos del puesto de Elena, el restaurante del hotel Four Seasons a cargo de Juan Gaffuri; y para el yacaré en arepa de maíz blanco frita crujiente, de Martín Molteni en el puesto de Pura Tierra.
Apenas entrando al predio, al aire libre, están los puestos de brasas donde no se puede dejar pasar el conejo con mostarda de peras y pickles de hinojos de Dolli Yrigoyen; el helado de azúcar integral de caña y la conserva de mandarinas, de Guido Tassi; la palta que lo parió, de Narda Lepes; y el “Zapallo Tegui”.
Entre los food trucks hay que probar alguna de las pizzas de Donato; la hamburguesa kobe de La Cabrera; el choripán de mollejas, almendras y hongos de Los Infernales; y el vistoso churro de papa y eneldo con ensalada de langostinos de Los Petersen.
El Mercado
En el mercado de la feria se pueden encontrar más de 80 productores de casi todo el territorio nacional, que además de sus productos brindan consejos sobre cómo llevarlos a la mesa.
La Asociación de Productores de Fuerte Alto, de Cachi, Salta, llevó harina de garbanzos, de quinoa, de arvejas y de algarroba, además de su pimentón y ají molido y unos sabrosos chips de manzana seca. Es su segunda experiencia en la feria y tienen grandes expectativas de hacer conocer a los porteños los productos de su provincia.
De Valeria del Mar volvieron por sexta vez a la feria los jamones, salames y bondiolas de ciervo y jabalí de “Los Hermanos”, quienes dan a probar a quien se acerque sus productos de carnes no tradicionales.
Para acompañarlos, lo ideal son los panes de masa madre de L’Epi, de Olivier Hanocq y Bruno Gillot, quien en diálogo con Télam destacó la variedad de productos del mercado: “Vale la pena descubrir todo el mundo de la gastronomía y los productores”.
También se destacan las ostras de Los Pocitos, en Buenos Aires; los vinagres de cassis y de flores de sauco de Muller y Wolf; el ruibarbo freco y los dulces de finca mendocina Ogawa y los quesos de autor de Couly, de Neuquén.
Los visitantes de la feria pueden llenar su ecobolsa además con una gran variedad de tés e infusiones, frutas y verduras frescas, aceites de oliva, dulces, frutos secos y harinas.
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