Llega un momento en que padres e hijos necesitan comenzar a “despegar”. Dejarlos solos en casa es un gran paso para trabajar la autonomía. Pero, ¿cómo saber si ya están preparados para el nuevo desafío? Los miedos y las dudas de los padres son frecuentes y muchas veces generan angustia u obstaculizan la iniciación del proceso.
¿Existe una edad recomendable para que se empiecen a quedar solos en casa? Si bien especialistas marcan los nueve años como un buen momento para arrancar -por intervalos de quince minutos o media hora- advierten que siempre dependerá de las características particulares de cada chico, ya que algunos maduran antes que otros.
“Muchas veces los padres, por temores propios, privan a los chicos de enfrentarse a cuestiones cotidianas. Eso retrasa la maduración y los lleva a sentirse más inseguros al momento de resolver cualquier tipo de situación”.
“La autonomía de los niños, como también la falta de ella, se relaciona con el modo en que fueron criados”, dice la psicóloga Silvia Medina, y explica: “Acá entra en juego si los padres estimularon en ellos conductas favorables a una futura independencia o, por el contrario, siempre les resolvieron las cosas sin explicarles cómo hacerlas por sí mismos. También marcará la diferencia si les hablaron o no sobre los modos de comportarse ante diferentes situaciones”.
Medina plantea que lo ideal es trabajar preventivamente sobre pautas de seguridad, advirtiéndoles de los peligros y cómo reaccionar ante ellos, desde chicos. “Entre los 9 y los 11 deberían estar aptos a nivel madurativo para conocer conductas preventivas y poder quedarse solos en la casa. Como también deberían saber prepararse un desayuno o calentarse la comida”, dice la especialista.
La contracara de los chicos independientes y autónomos son los que no logran desenvolverse solos: ante cualquier mínima eventualidad esperan una “mano amiga” que acuda al rescate. Como afirman los expertos, probablemente sean los mismos que, de más chicos, cuando se caían esperaban en el suelo hasta que alguien los levantara.
“Muchas veces los padres, por temores propios, privan a los chicos de enfrentarse a cuestiones cotidianas. Prefieren resolverles todo y no los dejan experimentar. Eso retrasa la maduración y los lleva a sentirse más inseguros al momento de resolver cualquier tipo de situación”, dice Medina.
Según la opinión de expertos, la mejor manera de fomentar la autonomía es inculcando en los chicos confianza y dejando que resuelvan las cosas por sí mismos.
También la organización norteamericana Child Welfare Information Getaway afirma que no existe un consenso sobre la edad en la que los chicos pueden quedarse solos en casa. Entienden que se desarrollan a diferentes edades según características particulares de cada uno y del ambiente en el que crecen.
De todos modos, en algunos estados existen normas al respecto y los padres que no las cumplen pueden ser sancionados por negligencia. Pero incluso dentro de Estados Unidos hay diferencias: mientras que en Maryland los ocho años marcan la edad mínima para dejarlos solos, en Oregon recién se permite a los 10 y en Illinois a los 14.
Dado que cada vez es más común que ambos padres trabajen y por este motivo pasen muchas horas fuera del hogar, no son pocos los chicos que tienen que aprender a edades tempranas a manejarse solos dentro de la casa, aunque sea por poco tiempo.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria halló que casi el 10% de los chicos españoles menores de 12 años se quedan solos en sus hogares. En Estados Unidos, según estimaciones de la Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes, supera al 40%. Incluso utilizan un término específico para estos niños: latch key children (niños de llave), y hace referencia a que suelen llevar la llave de casa colgando del cuello.
¿Cómo iniciar el proceso?
Independientemente de la edad, especialistas coinciden en que el proceso debe darse de forma gradual: arrancar por períodos cortos y luego ir extendiendo los tiempos en que se quedan solos.
“Hay que empezar progresivamente. Al principio puede ser durante el tiempo que dure un mandado, después durante la hora de gimnasio o de peluquería. No hay que extender demasiado hasta que ellos no se sientan totalmente seguros”, dice Medina. La especialista advierte sobre la importancia de avisar a los chicos cuando se van a quedar solos, por cuánto tiempo y cumplir con la hora pautada de regreso. “También es importante que tengan un número de teléfono a quién llamar ante cualquier eventualidad”.
Como paso previo a dejarlos solos en la casa, expertos recomiendan mandarlos solos al almacén, a pedir algo a casa de algún vecino o sacar la basura. De esta forma irán tomando nuevas responsabilidades.
“Si bien enseñarles a ser precavidos es de gran ayuda, no hay que infundirles miedo sobre lo que les puede pasar cuando están solos”, dice Medina. En este sentido, explica que basta con hablarles de qué hacer si ocurre algo inesperado y dejarles números de teléfono a los que puedan llamar en caso de emergencia. También recomendarles no abrir la puerta a extraños o no contestar el teléfono cuando llaman números desconocidos.
Más allá de la madurez de los chicos, recomiendan tener en cuenta factores como la seguridad del barrio y si hay vecinos de confianza a los que se les pueda avisar que los niños van a estar solos para que permanezcan atentos ante cualquier eventualidad.
Para saber si están preparados
Medina plantea que como en tantos otros aspectos que hacen a la crianza, es importante escuchar lo que dicen los chicos (el tipo de respuestas que dan) para determinar el grado de madurez y si ya están listos para afrontar este nuevo desafío.
“Si desde chicos los padres les infunden responsabilidades, cuando están solos las asumen perfectamente”, tranquiliza la especialista.
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