Un video que se volvió viral en las últimas semanas revela presuntos fraudes en la producción de anacardos o castañas de cajú. En imágenes grabadas en India se puede ver a algunas personas preparando una masa que, cuando se fríe en aceite caliente, se parece mucho a estos frutos secos.
Aunque este caso específico no constituye un fraude –varios medios indios confirmaron que el manjar, conocido como galleta kaju, es un snack común en algunas regiones del país–, existe una creciente preocupación por la adulteración de alimentos.
La FDA (la agencia reguladora de alimentos en Estados Unidos) estima que el 1% de todos los alimentos producidos en el mundo sufre algún tipo de fraude o falsificación, lo que genera pérdidas de alrededor de US$40 mil millones cada año.
Estos productos también plantean riesgos en términos de salud pública. Por ejemplo, si una persona alérgica a la soja come una hamburguesa de carne a la que le han agregado este ingrediente sin poner ninguna advertencia en el empaque, tendrá consecuencias. Comer alimentos fraudulentos siempre tiene consecuencias como. Los datos revelan que el 46% de los casos de adulteración representan algún riesgo potencial para la salud de quienes consumen estos productos.
Efectos en la salud
Intoxicaciones: La presencia de sustancias no autorizadas o contaminantes puede causar intoxicaciones, que se manifiestan con síntomas como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.
Reacciones alérgicas: Los alimentos adulterados pueden contener –como se dijo- alérgenos no declarados, lo que puede desencadenar reacciones alérgicas graves en personas sensibles.
Intolerancias: La adulteración puede incluir ingredientes que algunas personas no toleran bien, como lactosa o gluten, provocando malestar gastrointestinal y otros síntomas.
Enfermedades crónicas: A largo plazo, el consumo de alimentos adulterados puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como problemas cardíacos, renales y otras condiciones de salud graves.
Problemas nutricionales: La adulteración puede reducir el valor nutricional de los alimentos, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales y afectar el bienestar general2
Pero, entonces ¿cuáles son los alimentos más propensos a esos fraudes?
Una encuesta publicada en 2024 por expertos en certificación de cadenas productivas analizó más de 15 mil registros públicos sobre el tema, identificados entre los años 1980 y 2022.
Los datos revelan que los diez alimentos más fraudulentos del mundo fueron:
- Leche de vaca
- Aceite de oliva virgen extra
- Miel
- Carne de vaca
- Chile en polvo
- Aceite de oliva sin especificación de calidad
- Cúrcuma en polvo
- Leche en polvo
- Vodka
- Ghee (mantequilla clarificada)
La lista
La encuesta comprende 20 alimentos en total. La lista la completan el jugo de naranja, leche de cabra, vino, carne de pollo, carne molida, whisky, otras bebidas alcohólicas, azafrán, aceite de oliva virgen y aceite de sésamo.
Los hallazgos, recopilados por investigadores de las empresas estadounidenses FoodChain ID, Henry Chin and Associates y Moore FoodTech y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil (MAPA), fueron publicados en la revista científica Journal of Food Protection en marzo de 2024.India, China, Estados Unidos, Italia y Reino Unido fueron los países con mayor número de fraudes detectados.
No sorprende que los alimentos más atacados tiendan a ser aquellos con un alto valor agregado como la miel, el aceite de oliva y la carne.
En estos casos, los estafadores pueden añadir jarabe de maíz (en el caso de la miel), otros tipos de aceites vegetales (en el aceite de oliva) o incluir cortes de diferentes especies, como carne de cerdo y aves (en el caso de la carne vacuna).
"El fraude más común que conocemos es precisamente la adulteración, en la que el fabricante diluye el contenido original o añade ingredientes, como agua y almidón, para que el producto final rinda más", se explicó en el informe. Se hace lo que en la jerga de los estafadores se llama un “estiramiento”: sacar más por menos mercadería con agregados truchos. Claro, esta información no se pone en la etiqueta ni en el envase.
COMENTARIOS