Los expertos señalan que los juegos mentales son buenos para estimular la materia gris cerebral y –sobre todo- para prevenir enfermedades degenerativas del cerebro, pero siempre y cuando esas actividades supongan un desafío para el jugador. Es que el mantenerse cognitivamente activo puede retrasar la demencia senil varios años, según conclusiones a las que llegó la Asociación de Alzheimer con sede en Illinois (EE.UU.).
La mejor manera de desarrollar la capacidad cognitiva es "sorprenderse a sí mismo". Con esto enfatizan que, si los pasatiempos ya no son frustrantes o difíciles, no serán más que un hábito. La neuropsicóloga de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), Barbara Sahakian, agrega que aprender y recordar "son excelentes para el cerebro y aumentan el volumen del hipocampo".
El hipocampo es una estructura encefálica que ayuda a formar, organizar y almacenar recuerdos a largo plazo. Pero se encoge con la edad y a un ritmo más rápido en caso de Alzheimer y otras formas de demencia. La investigadora plantea que las aplicaciones de aprendizaje y entrenamiento cerebral pueden ayudar a ejercitarlo, a restaurar y mejorar su función.
Sin embargo, la especialista considera que no todos los juegos son iguales. Aquellos que tienen un efecto positivamente marcado deben suponer un desafío para las partes correctas del cerebro de la manera adecuada. La experta ha colaborado para desarrollar juegos que realmente ejerciten el cerebro, basándose en evidencias científicas.
Se redujo fuerte la capacidad de atención
De acuerdo con la doctora Gloria Mark, de la Universidad de California en Irvine (EE.UU.), la capacidad de atención del ser humano ha disminuido drásticamente en los últimos 20 años, de entre 2,5 minutos y 75 segundos, a menos de 50 segundos. No obstante, es necesario mantener la atención para aprender y recordar. Para Sahakian, lo importante de cualquier juego mental que se utilice es asegurarse de que haya un desafío cognitivo. "Si un juego se vuelve demasiado fácil, no será beneficioso para el cerebro ni para la cognición", precisa.
Los estudios señalan que los rompecabezas tradicionales, que requieren del desarrollo de habilidades cognitivas como la percepción visual para reconocer objetos; patrones y orientación de líneas; y flexibilidad cognitiva para tener que cambiar la atención entre diferentes estrategias y piezas del rompecabezas, también son beneficiosos. Los expertos enfatizan en que estos desafíos no necesariamente deben presentarse en forma de aplicaciones electrónicas.
Varios estudios indican que la lectura, el ajedrez e incluso el tejido son actividades neuroprotectoras; ya que todas ellas exigen concentración, pueden ser calmantes y pueden realizarse con amigos. Del mismo modo, Sahakian destaca que leer por placer es beneficioso, siempre que el libro sea estimulante y ayude al lector a aprender cosas nuevas. "La lectura puede estimular la imaginación, generar ideas creativas, reducir el estrés y aumentar el bienestar", añade.
Una investigación, en la participó la neuropsicóloga, mostró que leer por placer en la primera infancia es beneficioso para el cerebro, la cognición, la salud mental y el bienestar en la adolescencia. "Aquellos adolescentes que leyeron por placer en una etapa temprana de la infancia también tuvieron un mejor rendimiento escolar", puntualizó.
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