La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), causada principalmente por el consumo de tabaco, podría convertirse en veinte años en la tercera causa de muerte del mundo, después de las cardiopatías isquémicas y los accidentes cerebrovasculares.
El dato surge de un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que fue difundido durante la presentación de una nueva terapia para reducir las exacerbaciones en los pacientes con EPOC, en el Congreso Argentino de Medicina Respiratoria.
Las estadísticas de la OMS alertaron que en el mundo muere una persona cada 15 segundos y que la causa principal de esa enfermedad respiratoria crónica es el tabaquismo.
En ese sentido, el organismo sanitario internacional precisó que en 2007 había 210 millones de personas con EPOC en el mundo, mientras que para 2030 se prevé que, de no bajar la epidemia de tabaquismo, la enfermedad pulmonar será la tercera causa de muerte.
En diálogo con DEMOCRACIA, el médico neumonólogo Sergio Carpaneto explicó las características de la enfermedad y afirmó: “Está relacionada casi en un cien por ciento con el tabaquismo y lo que produce es una obstrucción de aire en los bronquios. Eso lleva a problemas respiratorios, como falta de aire y tos continua”.
El especialista aseguró que cerca del 40 por ciento de la población fumadora padece la enfermedad y agregó: “Las personas que hacen EPOC tienen una menor calidad de vida y sufren mucho la falta de aire. En los casos más severos, llegan a tener que utilizar respirador por lo menos 15 horas e incluso dormir con la mochila”.
La EPOC se usa para describir las enfermedades crónicas pulmonares en las que la capacidad respiratoria está severamente restringida por un daño pulmonar e inflamación, siendo la bronquitis crónica y el enfisema los síntomas con que se presenta.
Los especialistas consideran como exacerbaciones de EPOC, aquellas situaciones de empeoramiento del paciente con episodios severos de tos, disnea y expectoración que causan episodios de ahogo.
La nueva terapia
La terapia presentada en el congreso médico realizado en Buenos Aires utiliza una droga genérica denominada roflumilast, la cual inhibe una enzima llamada fosfodiesterasa, que aparece subyacente en la inflamación específica de la EPOC y que causa malestares severos.
En este sentido, Federico Daniel Colodenco, jefe del servicio de Alergia e Inmunología del Hospital María Ferrer destacó que esta terapia “consiste en el primer antiinflamatorio oral, desarrollado específicamente para el tratamiento de EPOC en estados graves”.
El neumonólogo, ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), indicó que “en Argentina no tenemos una estadística oficial de afectados por EPOC, lo que sí se mantiene es la media que se manifiesta después de los 40 años”.
Señaló que algunos de los datos de la región indican que “en Montevideo la incidencia de la enfermedad es del 19 por ciento y en México del 8, pero siempre la causa principal es consumo de tabaco que hace que los indicadores de EPOC se disparen”.
La Iniciativa Global para la EPOC (GOLD) que trabaja con médicos y funcionarios de salud pública en el mundo para crear conciencia acerca de esa enfermedad recomendó el año pasado el uso de inhibidores para atacar las inflamaciones ocasionadas por EPOC.
Juan Antonio Mazzei, neumonólogo y profesor consultor de la cátedra de Medicina en el Hospital de Clínicas, sostuvo que “el uso de roflumilast mejora la función pulmonar, al utilizarse en conjunto con broncodilatadores de acción prolongada”.
Mazzei destacó la necesidad “de hacer de una espirometría” que mide la capacidad respiratoria, para confirmar el diagnóstico de la EPOC y precisó que “su tratamiento, sobre todo en etapas tempranas, ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente”.
Pero insistió en que “el no fumar es una de las medidas preventivas”, aunque hay casos de EPOC “ocasionados por polución y humo”, pero es una menor proporción que el que se registra entre la población fumadora.
Sin cura
Pese a estos avances, el especialista juninense aclaró que la enfermedad no tiene cura y señaló: “En algunos casos, se pueden realizar operaciones previas al transplante, en las que se saca la zona enferma, para que el pulmón sano pueda estar mejor. Pero la enfermedad no tiene cura, por más que se deje de fumar”.
“De todos modos, para evitar la progresión de la enfermedad es inevitable que los pacientes dejen de fumar. Además, es necesario que sigan un tratamiento farmacológico y que realicen una rehabilitación pulmonar, para mejorar la calidad de vida y evitar la reagudización”.
COMENTARIOS