El Reino Unido está considerando una estrategia controvertida para probar posibles vacunas contra el coronavirus: exponer intencionalmente a los voluntarios al virus para constatar si efectivamente funcionan o no. Esto se conoce como "ensayos de desafío"
La semana pasada, el diario Financial Times informó que el gobierno británico permitirá que los ensayos de desafío en humanos comiencen en enero de 2021. En estas pruebas los voluntarios recibirían una vacuna experimental y luego se expondrían al coronavirus en un entorno controlado.
Según señalan los defensores de este método, exponer a los voluntarios al virus acelerará el desarrollo de las vacunas, aunque otros expertos se han preocupado por los posibles riesgos para la salud de las personas implicadas.
Un portavoz del Departamento de Negocios, Empresas y Estrategia Industrial del Reino Unido le aseguró al portal Gizmodo : "Estamos trabajando con socios para comprender cómo podríamos colaborar en el desarrollo potencial de una vacuna COVID-19 a través de estudios de desafío humano".
Si bien los "ensayos de desafío" se han utilizado en el pasado para probar algunas de las primeras vacunas y medicamentos jamás desarrollados, el diseño de los mismos se considera poco ético y peligroso según los estándares actuales. En los tiempos modernos, se han utilizado para estudiar enfermedades como la gripe, la tuberculosis y el dengue, incluso para probar posibles vacunas .
El problema es que puede ser difícil desarrollar ensayos de desafío que no pongan a las personas en un riesgo excesivo. Los ensayos de desafío tienden a funcionar con enfermedades bien conocidas que se pueden tratar con medicamentos existentes o que tienen cepas más leves que la variedad más común en la naturaleza. Pero ninguna de las opciones es realmente factible para el COVID-19, que ya superó millón de muertes registradas en todo el mundo.
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