Muchas personas creen que sus vidas podrían mejorar si tuvieran más de esa cualidad esquiva conocida como la fuerza de la voluntad. Con una mayor fuerza de voluntad (resiliencia) todos comeríamos de manera adecuada, haríamos ejercicios con regularidad, ahorraríamos para la jubilación y, en general, alcanzaríamos todo tipo de metas.
La falta de fuerza de voluntad no es la única razón por la cual una persona deja de alcanzar sus metas. Baumeister, investigador en temas de fuerza de voluntad, describe tres componentes necesarios para lograr un objetivo: Establecer la motivación para hacer el cambio y fijar una meta clara; monitorear el comportamiento que lleva a la meta y ejercer la fuerza de voluntad.
Ya sea la meta perder peso, dejar de fumar, estudiar más, o pasar menos tiempo en Facebook, la fuerza de voluntad es un paso crítico para lograr la meta. Reducida a su esencia, la fuerza de voluntad es la capacidad de resistir las tentaciones al corto plazo para cumplir con los logros del largo plazo y existen buenos motivos para hacerlo.
La vieja discusión acerca de qué medida del éxito puede atribuirse al talento natural y qué medida al trabajo y el esfuerzo, las conclusiones parecen señalar claramente que lo que realmente diferencia a quienes alcanzan el éxito, de las personas que se estancan en su progreso profesional, es fundamentalmente su historia de prácticas y entrenamientos.
La fuerza de voluntad es mucho más que la disposición mental a realizar determinadas tareas, es una energía muy poderosa que es capaz de crear las imágenes en la mente subconsciente de diversas experiencias que una persona puede tener, voluntad implica obligar a que el poder espiritual que nos acompaña nos dé las cosas que deseamos, así que hablar de la fuerza de voluntad no es un tema cualquiera, ahí está el secreto para lograr la autorrealización.
Los grandes logros de la humanidad han sido impulsados por el poder de la voluntad, muchas metas se concibieron como imposibles en algún momento, pero hubo hombres y mujeres extraordinarios que dijeron; “yo no acepto esas limitaciones, sé que tiene que haber una forma de llegar a esa solución y la encontraré “, entonces con una enorme perseverancia se logró cambiar el rumbo de la historia.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra fuerza de voluntad? Podemos ir trabajando con algunas técnicas sencillas como el cumplimiento de pequeños objetivos y el aumento de la disciplina, pero este proceso puede tardar bastante tiempo, así que una solución fabulosa está con el uso de los audios especializados para aumentar la fuerza de voluntad, los cuales combinan dos tecnologías, la isocrónica y la silenciosa; la primera sirve para llevar a la mente al estado alfa de relajación, donde se tiene acceso a la mente profunda y es el momento adecuado para la autosugestión.
La segunda se basa en el uso de afirmaciones que te dirán que tienes una fuerza de voluntad muy grande y que terminas todos los objetivos que te propones, se utiliza el término “mensajes subliminales” porque la información se transmite en una frecuencia muy baja que sólo puede ser percibida en la mente profunda, esto se hace con el propósito de evitar el mecanismo de defensa que puede ocurrir en la mente conciente al escuchar los mensajes.
Debemos decir entonces que la voluntad es la facultad superior de las personas que nos lleva a decidir qué voy a hacer, tener intención de hacerlo y dirigirse a ello.
Con mi voluntad decido lo que hago o no. Gracias a ello elijo lo que hacer, soy conciente de ello y, por lo tanto, libre para hacerlo, o no.
La voluntad es la forma en que el ser humano experimenta su individualidad, afirmó Otto Rank, psicoanalista austríaco. Es probablemente, la facultad que más nos individualiza y nos hace un ser singular.
Así es, con mi voluntad decido y hago, y, por encima de todo, expreso quien soy. Muestro lo que soy con lo que quiero. Está tan directamente vinculada con mi ser, que, en la medida en que soy conciente de mi ser, lo soy de mi voluntad, de mis elecciones y acciones.
Y es aquí precisamente, donde empieza el trabajo del coach ayudando a la toma de conciencia de uno mismo, de la voluntad de cambio.
La voluntad tiene una gran capacidad energética que nos impulsa, da seguridad y fuerza. De hecho, la expresión habitual es “fuerza de voluntad” porque entendemos muy bien la potencia que tiene en nuestro comportamiento.
Y siempre hay energía latente que podemos desarrollar. Tenemos más fuerza de voluntad cuanto mejor nos sustraemos de las exigencias exteriores y más concientes somos de nuestros impulsos.
La decisión de hacer algo tiene que ser realista, inmediata y programada, de nada sirve esperar “hasta el lunes“, “el próximo mes “, o “a primero de año”.
La voluntad se aplica en dos direcciones opuestas, y muchas veces, complementarias; eliminar y empujar. Para eliminar o inhibir impulsos automáticos, comportamientos ineficaces, hábitos inadaptados.
Sustituir hábitos requiere, por lo tanto, un esfuerzo doble y complementario. Víctor Hugo dijo en una oportunidad que a nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.
Es importante tener presente ahora más que nunca, que tengamos en cuenta que, para conseguir nuestros objetivos en la vida, es preciso creer firmemente en ellos y aplicar nuestra voluntad, no vale solo anhelar.
Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y quedaras atrás. Piensa que puedes y podrás. Todo está en el estado mental.
El éxito comienza por la voluntad, lo dijo Rudyard Kipling.
(*) Doctor en Medicina (UNLP)
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