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CRECE LA COSTUMBRE DE TOMARSE UNA PASTILLITA PARA TODO

¡Peligro, automedicación!

Los farmacéuticos advierten que cada vez se venden más psicofármacos en el país, pero el tema se vuelve aún más peligroso al detectar que una enorme cantidad se consume sin receta médica.

Media pastillita para dormir y tres cuartos o una entera si los nervios no nos dejan pegar un ojo. También un analgésico que se lo pedimos a cualquiera si la cabeza nos taladra y un blister de comprimidos por si tenemos síntomas de gripe, dolores musculares o hasta una simple acidez de estómago. Tengamos el malestar que tengamos, la costumbre de automedicarse se nos volvió parte de la rutina de casi todos los días. Se observa cada vez en más lugares y lo confirman los últimos datos del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb): con y sin receta, se venden cada vez más psicofármacos en el país.
De acuerdo a los datos que manejan en Safyb, entre 2007 y 2016 la venta de este tipo de drogas aumentó un 53 por ciento. En total se vendieron 42 millones de comprimidos, casi uno por habitante. Pero no es lo único: la consultora especializada IMS Health alertó hace poco que la venta de clonazepam -uno de los fármacos más utilizados para tratar ataques de pánico y trastornos de ansiedad- creció un 132% a lo largo de la última década en Argentina.
“Siete de cada diez ciudadanos argentinos consideran que su salud es buena, mientras que cinco de cada diez refieren haber tomado fármacos en los últimos días y más de la mitad se automedica”, asegura el farmacólogo Roberto Baistrocchi. Y precisa: “aunque un 90,5 por ciento de los argentinos afirma que siempre toma antibióticos con receta médica, varios estudios realizados en el país demostraron que alrededor del 25 por ciento de los envases de antibióticos anuales que se consumen se deben a la automedicación, y algo similar ocurre con los analgésicos”.
El especialista detalló además que desde 2004 la venta de analgésicos subió un 23 por ciento y que, según estimaciones, su consumo por automedicación supone la misma cantidad que los pautados en una consulta médica.
“El uso de los medicamentos de venta libre no es negativo -explica-, sino que supondría la implicación de los ciudadanos en su autocuidado o en el de su familia ante enfermedades comunes y banales que no requieren la valoración de un médico. El problema es que por lo general la gente se automedica con aquellas drogas que precisan receta”.
Según los registros de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), hay algo más de 6 mil fármacos distintos a la venta en nuestro país. Pero si se tienen en cuenta las diferentes presentaciones, esta cifra se eleva a casi 15 mil. Sólo un 10% de estos productos es de venta libre.


De acuerdo al Índice Nacional de Terapéuticas y Enfermedades elaborado por IMS Health, dentro de la categoría de los tranquilizantes, las mujeres consumen 68% mientras que los hombres, 32%. Claro que el tema no es una cuestión de género ni de profesión. Ni siquiera ya parecería un tema de edad: según los resultados del VI Estudio Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en estudiantes de enseñanza media del Observatorio Argentino de Drogas de la Sedronar, de hecho, el 5,9% de los estudiantes declaró haber consumido al menos una vez psicofármacos (tranquilizantes y/o estimulantes) sin prescripción médica y el 67,3% lo hizo antes de los 15 años.
Lo que revelan las estadísticas se confirma con números cada día más alarmantes: según estudios oficiales, las consecuencias de tomar remedios en forma incorrecta genera que el 15% de las consultas médicas sean por esta causa y, lo que es peor, que el 5% termine en internación hospitalaria.
“La automedicación con antibióticos u otras medicinas puede traer graves consecuencias”, sostienen desde el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia, donde sus autoridades mencionan entre esas consecuencias a la dependencia, encubrir otras patologías u ocasionar accidentes cardiovasculares o gástricos si el uso es prolongado (ver aparte). 
“La mayoría de los antigripales, por ejemplo, contiene al menos tres drogas combinadas, y una de ellas suele ser un descongestivo que puede estar contraindicado si el paciente padece alguna patología cardiovascular u otras, por lo que no es recomendable su consumo sin previa consulta”, explican por su parte desde el Instituto de inmunooncología Ernesto Crescenti.
Quienes analizan el tema precisan que muchas enfermedades, tanto virales como bacterianas, pueden tener inicialmente síntomas similares, como fiebre, dolor de garganta o de cuerpo, por lo que aclaran que “si hay temperatura se puede tomar ibuprofeno o paracetamol para controlarla, pero lo aconsejable es consultar con el médico para que realice un diagnóstico adecuado e indique el tratamiento a seguir”.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 50 por ciento de los medicamentos se prescriben, administran o venden inapropiadamente, y el 50 por ciento de los pacientes no toma de manera adecuada sus medicamentos.
En esta sintonía entran en el servicio de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata, donde se reciben más de 2 mil casos de intoxicaciones medicamentosas por año. “Hay personas que toman medicamentos por cualquier dolor: una jaqueca, una contractura, un resfrío, todo sin ningún tipo de consulta médica”, apuntan.
En relación a la explosión de publicidades de medicamentos que prometen curas “mágicas” y “en media hora” -y que van desde pastillas para evitar los síntomas de la gripe hasta para prevenir artrosis-, los expertos señalan que si bien existen en todas partes del mundo, “el consumo de medicamentos indiscriminadamente y sin prescripción médica es responsabilidad de cada uno. En lugar de la automedicación deberíamos poner en práctica el ‘autocuidado’, es decir, todo aquello que las personas hacen por sí mismas para restablecer y preservar la salud o prevenir enfermedades, como alimentarse saludablemente, hacer ejercicio y fomentar la buena calidad de vida”.

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