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Estabilidad emocional, determinación, dedicación, sensación de control y optimismo serían claves para envejecer bien.
PARA ENVEJECER BIEN

La persistencia y el optimismo serían claves para disfrutar de la tercera edad

Nuevos estudios vinculan aspectos emocionales y actitudinales a la salud y al “éxito”.

Llegar a la vejez en óptimas condiciones es un sueño compartido por la mayoría. Frente a la decrepitud, amargura e infelicidad que padecen algunos adultos mayores, otros se muestran rozagante y, aunque quizás no ya con la energía de los 20, siguen irradiando vitalidad, alegría y entusiasmo. Según un estudio científico, habilidades para la vida, como el optimismo y la persistencia serían claves para llegar a la tercera edad con éxito económico, salud y bienestar. 
El estudio, que se realizó en la University College de Londres (UCL) y fue publicado en la revista especializada PNAS, demuestra la enorme incidencia de las actitudes y pensamientos cotidianos en la calidad de vida de las personas. De acuerdo a la investigación, la clave para poder disfrutar de la tercera edad no estaría en la educación, ni en el dinero (siempre que las necesidades básicas estén cubiertas) ni en la inteligencia, sino en la manera de encarar la vida.          
En este sentido, la estabilidad emocional, la determinación, la dedicación o esmero, la sensación de control y el optimismo serían fundamentales para gozar de éxito económico, salud y bienestar social.  
Para la investigación examinaron a más de 8.000 hombres y mujeres de entre 52 y 90 años. Corroboraron que las puntuaciones más altas en estas habilidades iban asociadas al bienestar económico, social y a la buena salud de los adultos mayores. 
Quienes contaban con una mayor puntuación en cuatro de los cinco puntos observados gozaban de una mejor situación económica, estaban mejor físicamente, con menor depresión y contaban con un círculo social más amplio. 
Como contracara, quienes obtuvieron puntuaciones altas sólo en una o dos de estas destrezas de la vida sufrían más soledad, depresión y tenían más probabilidades de padecer enfermedades crónicas: las personas con mayores capacidades presentaban menos niveles de colesterol y menor probabilidad de desarrollar cardiopatías y diabetes tipo 2. 
“Nos sorprendió la gran variedad de procesos -económicos, sociales, psicológicos, biológicos y relacionados con la salud y la discapacidad- que parecen estar relacionados con estas capacidades para la vida”, dijo el profesor Andrew Steptoe, del departamento de Epidemiología y Salud Pública de la universidad UCL, que colideró el estudio.
Para Steptoe no hay una capacidad más importante que otra: “Más bien los efectos dependen de la acumulación de capacidades para la vida”, sostuvo.
La esperanza de vida de las personas mayores aumenta a nivel mundial. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en 2020, por primera vez en la historia, los mayores de 60 años superarán en cantidad a los menores de 5 años. Y para 2050 se espera que la población mundial de mayores de 60 años llegue a los 2000 millones (en la actualidad hay 841 millones). El 80% de estas personas vivirán en países de ingresos bajos y medianos.  
En términos generales, y sobre todo en los países de ingresos altos, el aumento de la longevidad obedece al descenso de muertes por enfermedades cardiovasculares (accidentes cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas) debido a las intervenciones sanitarias que implementan estrategias para reducir el consumo de tabaco y la hipertensión arterial. 
Sin embargo, la longevidad no necesariamente va acompañada de una buena salud: un 23% de la carga mundial general de mortalidad y morbilidad se registra en los mayores de 60 años, gran parte de esa carga se atribuye a enfermedades de larga duración como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, enfermedades osteomusculares y a trastornos mentales y neurológicos. 
Para que el aumento de la esperanza de vida vaya acompañado de un mayor bienestar, especialistas insisten en la importancia de desarrollar hábitos saludables para fortalecer a los adultos mayores desde distintos aspectos: tanto físicos como sociales y emocionales. 
La gerontóloga Silvia Gascón explica que el envejecimiento no es sólo un fenómeno biológico sino que es un proceso en el que intervienen varios factores: psicológicos, sociales, culturales y el entorno. Por eso afirma que para disfrutar de la tercera edad es importante abordarla desde diferentes frentes. 
“Un proyecto es un motivo para levantarse a la mañana, algo que nos entusiasma, más allá de lo inmediato”, dice Gascón, y agrega: “Es indispensable reconocer el deseo. Repensar qué cosas me hacen feliz. Si los proyectos no aparecen se puede buscar alguien con quien conversar acerca de ello. Tampoco hay que decidirlo de hoy para mañana. Explorar, averiguar sobre las actividades que existen en la ciudad... Desde aprender computación hasta incorporarse a alguna organización como voluntario, las oportunidades son muchas. Lo importante es que los nuevos proyectos también lo conecten con otros y lo comprometan un poco más allá del día siguiente”.
La especialista remarca la importancia de animarse a descubrir nuevas facetas, nuevas pasiones, sin juzgar ni hacer valoraciones éticas. “Es de gran ayuda reconocer qué quiero ‘hacer’ y quién quiero ‘ser’ en esta nueva etapa de mi vida”.
Además de la actividad física y la buena alimentación también sería importante hacer nuevas amistades: “Está demostrado que aquellas personas que cultivan amistades viven más tiempo y son más felices. Los amigos nos proveen de importantes cuotas de sinceridad, espontaneidad y despreocupación. Muchas personas mayores buscan amigos, los que están atentos y los encuentran.  Programas de capacitación, clubes, confiterías, cine y teatro son lugares de encuentros propicios”, dice Gascón.

“Quienes contaban con una mayor puntuación en cuatro de los cinco puntos observados gozaban de una mejor situación económica, estaban mejor físicamente, con menor depresión y contaban con un círculo social más amplio.”
 

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