En el exigente Raid de los Andes “Columbia”, una competencia de pedestrismo que se desarrolla cada año en la vertiente montañosa que une el norte argentino con Chile, dos juninenses ignotos para los especialistas en la materia dejaron su sello con una descollante actuación, que se vio coronada con el tercer lugar de la clasificación general.
Sus nombres son Juan Pablo Zinani y Martín Larraburu, amigos desde la infancia y cultores de una costumbre que es la génesis del logro alcanzado hace siete días: desafiarse mutuamente a transitar por senderos desconocidos y no libres de obstáculos.
Los jóvenes deportistas de nuestra ciudad viajaron hacia Jujuy para ver de qué se trataba el asunto y hoy celebran, en diálogo con Democracia, haber tomado esa decisión.
Tres etapas
La prueba en cuestión se repartió en tres etapas: el viernes 10 se llevó a cabo en Purmamarca, Jujuy; el sábado 11, en Salinas Grandes, de la misma provincia; y el domingo 13 concluyó en San Pedro de Atacama, Santiago de Chile.
Además, se dispuso una clasificación individual para cada uno de los atletas y una por equipos. En esta última se destacaron los pedestres de Junín.
“El viernes corrimos 22 kilómetros, desde un pueblito llamado Tumbaya hasta Purmamarca, en un circuito que está dentro de la montaña. Fuimos atravesando ascensos, descensos y zonas rocosas. Es algo que no habíamos hecho nunca, fue una experiencia a la que accedimos para ver de qué se trataba y la verdad es que nos quedamos con una sensación muy linda”, expresó Zinani.
Larraburu apuntó que el único antecedente más o menos parecido que tenían en su haber era la maratón de 42 kilómetros desarrollada en la Capital Federal, a la que fueron por un desafío mutuo que se habían realizado. “Pero de todos modos son dos cosas totalmente distintas”, aclaró.
-¿Cómo decidieron ingresar a esta aventura?
-Larraburu: Por una conocida, Vanesa Melcon, que hace carreras similares a esta. Un día le pedimos que nos cuente un poco de qué se trataba el asunto porque después de la maratón nos interesaba el hecho de probar con otra cosa. Nos comentó que estaba esta carrera y una similar en Bariloche, que se hacía en febrero y a la que por margen de tiempo no llegábamos. Nos entusiasmamos y no dudamos en meternos.
-¿Cómo fue la preparación?
-Larraburu: Nos estuvimos preparando tres meses para poder llegar a esta competencia bien parados. Entrenamos en el Club Junín bajo la supervisión del profesor Martín Porrás, que nos instruyó en la parte de trote y en todo lo referente a las actividades de gimnasio para fortificar las piernas, ya que si bien se puede hacer un buen acondicionamiento físico para la ocasión no se puede estar apto para la altura. La mayoría de los competidores eran de Salta, de Córdoba, donde está la posibilidad de utilizar las sierras para probarse y están más acostumbrados a estos recorridos.
-¿Con qué expectativas llegaron?
-Zinani: Fuimos con la intención de competir y nuestro mayor anhelo era llegar. El primer día tuvimos que correr 22 kilómetros. Cuando faltaban unos tres kilómetros para llegar, un corredor nos dijo que le metiéramos, que no aflojáramos porque estábamos entre los quince primeros. Llegamos y nos dieron la noticia de que estábamos terceros en la clasificación por equipos. Ni se nos había ocurrido que podía pasar eso. En realidad, con eso se nos metió la presión de mantener el lugar o ir por más, ya no era una cuestión de ir a disfrutar, llegar y nada más.
-¿Cómo terminaron ese primer día físicamente?
-Zinani: Bien, pero muy cansados. Lo que tuvo de dificultoso es que además de la exigencia de la montaña había que hacer una trepada de mil metros. Fue muy duro porque faltaba el aire, teníamos que encontrar la forma de respirar. Y la parte de descenso también era riesgosa porque había muchas rocas y al ser un hábitat desconocido había que tomar decisiones sobre la marcha, tomar riesgos.
-O sea que no se les cruzó la típica pregunta “¿Para qué nos metimos en esto?”
-Larraburu: Yo me lo pregunté más en la segunda etapa, que se corrió a una altura máxima de 3.400 metros, casi como la de La Paz, Bolivia. “Juani” no lo sintió, pero yo hice un kilómetro y medio y sentí que me moría. No podía respirar, me empezaron a doler las piernas, me dolía la cabeza… fue un momento muy duro, pero había que seguir y gracias al aliento de mi compañero salimos a flote. Ese día quedamos primeros en la clasificación general. Te imaginarás que si ya veníamos con presión, ahora había mucha más.
-¿Cuántos equipos eran?
-Larraburu: Había ochenta equipos y más de seiscientos atletas que disputaban en la individual.
-La altura juega un papel decisivo, ¿no?
-Zinani: Es que no todos los organismos responden de la misma manera, e incluso puede pasar que la segunda vez que vas tu cuerpo responda de una manera totalmente distinta a como lo hizo la primera. Es imposible determinar con qué firmeza vamos a estar parados ante cada ocasión, lo reconocen los especialistas.
-Quedaba la última etapa… ¿Cómo fue?
- Zinani: Eran 27 kilómetros, con el ingrediente de que la zona a recorrer estaba entre los 2.100 y los 2.700 metros de altura. Cuando llegamos a San Pedro de Atacama nos encontramos con la novedad de que teníamos que atravesar seis kilómetros de puro médano; otro terreno en el que nunca habíamos transitado. No sé si fue la etapa más dura o ya nos venía pasando factura la acumulación de cansancio, pero se hizo muy cuesta arriba. Así y todo, fuimos primeros casi hasta el final de la etapa, porque nos pasaron dos corredores cordobeses. Y en la general quedamos terceros, a dos minutos de los segundos.
-Un balance bárbaro, más que positivo…
-Larraburu: Seguro. Cuando salimos de Junín lo hicimos con el objetivo de llegar entre los cien primeros, así que fue increíble terminar de esta manera. Más cuando acá no tenemos demasiados elementos que nos permitan hacer un simulacro de la competencia, podés escalar y bajar un puente y hacer lo mismo desde la ruta hacia una banquina empinada, pero no mucho más.
-¿Cuántas horas de descanso tenían entre etapa y etapa y en qué lugar se quedaban?
-Zinani: Las carreras empezaban entre las 8 y las 9 de la mañana, terminaban entre las once y las doce. Entre la primera y la segunda etapa el tiempo de descanso fue bueno porque nos quedábamos a dormir en el mismo lugar en el que se desarrolló ese enlace, incluso al hotel lo elegía cada uno. Para la tercera etapa, en cambio, hubo que hacer un viaje de quinientos kilómetros, que terminó siendo una carga más. Por suerte fuimos en auto y con gente que nos acompañó, lo que hizo que la situación se aliviara mucho.
-¿Con esta actuación se inicia otra carrera en sus vidas? ¿Ya piensan en dedicarse a este deporte de ahora en adelante?
-Larraburu: Por lo pronto estamos pensando en hacer el Cruce de Los Andes, en febrero del año que viene, y mi gran meta es subir al Aconcagua. No sé si él me va a acompañar.
-Zinani: Por supuesto (risas).
DEPORTE AVENTURA
Dos juninenses brillaron en la montaña
Juan Pablo Zinani y Martín Larraburu descollaron en el Raid de los Andes “Columbia” que se desarrolló en el norte argentino, competencia en la que lograron el tercer puesto en la prueba por equipos pese a ser su primera participación en ese tipo de desafíos.
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