Se llama Gilberto Escamilla, tiene 57 años y fue sentenciado a 50 años de cárcel por haber robado kilos y kilos de carne para fajitas.
Escamilla trabajaba en el edificio de Justicia del Condado y diariamente hacía un pedido de fajitas a nombre del Centro de Detención Juvenil de Cameron. El pedido llegaba y él se lo vendía a sus propios clientes.
El hombre fue descubierto en agosto de 2017, cuando se enfermó y no fue a trabajar. Ese día, el repartidor de carne llegó como siempre con 360 kilos de fajitas, pero no estaba Escamilla para recibirlo. Cuando el repartidor contó a la gente del lugar que hace nueve años que realizaba ese pedido, lo descubrieron y fue llevado a la justicia.
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