Cuando una pareja se propone adelgazar junta es bueno que se entienda que cada cuerpo es diferente y, por ende, no reacciona igual a un cambio en la alimentación. Es por eso que a algunas personas con el mismo régimen que otras pierden peso antes.
Un hombre explicó que su esposa le pidió el divorcio cuando arrancaron la dieta y a él le funcionó, mientras que a ella no. Ambos llegaron a pesar 136 kilos y les costaba mucho caminar, por lo que decidieron empezar a mantener una alimentación más saludable y cuidarse un poco más.
“No salíamos de vacaciones, ni a caminar, no hacíamos nada más que ver nuestros teléfonos cuando salíamos a comer. Nuestra vida sexual era incómoda, y luego casi inexistente”, confesó el hombre a Reddit.
El esposo contó que él no se desanimó al arrancar. “Comencé a caminar, descargué una aplicación que cuenta las calorías y me aseguraba de no excederme en mi límite diario. Lento, pero seguro, empecé a bajar de peso”, contó.
En cambio, su mujer tomó un rumbo distinto. “Mi esposa, por otro lado, renunció al gimnasio y el entrenamiento después de una semana. Bajé 4.5 kilos al mes, y después de 4, se empezó a notar. Fue en este punto en que ella se puso hostil conmigo”, reveló. “Me hacía dormir en el cuarto de invitados (según ella por mis ronquidos). Nos comunicábamos por mail y mensajes, y hasta éstos eran hostiles”.
Hasta que en uno de ellos le planteó sus reticencias en cuanto a su matrimonio. Según él describió, sus palabras fueron: “Me siento profundamente poco atraída hacia tu nuevo cuerpo y actitud. Nunca pensé que me recordarías a los matones, pero eso es exactamente en lo que te has convertido. Estoy contactando un abogado para el divorcio el lunes por la mañana”.
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