Tiziano tiene apenas cuatro años, pero su enorme corazón y generosidad apenas entra en su pequeño cuerpo. Su bella historia comenzó una mañana mientras caminaba al jardín con su mamá y vio a un abuelo en situación de calle.
Tiziano y su mamá le compraron comida y le preguntaron que más necesitaba. El abuelo les pidió calzado y esa misma tarde buscaron zapatos para regalarle. Sin embargo, durante semanas, lo buscaron sin poder encontrarlo.
Durante dos semanas, caminaron las calles de la ciudad, esperando hallarlo nuevamente. “Dónde está el abuelo mamá”, les preguntaba Tizi; para sus padres, este interrogante del niño, los empujaba a seguir en la búsqueda. Empezaron a orar, contaron, hasta que lograron ver de nuevo “al abuelo”.
"Lo pusimos en el auto, y lo llevamos a casa”, dijo con alegría el niño. La familia lo adoptó, lo alojó en su casa. “Tano quiere estar bien, prosperar, quiere cuidar su salud, vamos a hacer lo posible para ayudarlo”, puso relevancia la mamá de Tizi.
Por su parte, Tano sólo tiene palabras de agradecimiento para esta familia que ha borrado en muy poco tiempo, las huellas de una vida de sufrimiento. “Gracias a Dios y a la Virgen, que la familia que está conmigo está muy feliz y me hace feliz a mí. Los adoro”.
El papá de Tiziano, por su parte aseguró: “No tiene precio todo esto, Tano se dejó apreciar mucho, es agradable. Hemos querido buscar un albergue para él, pero nos ha dicho que en los lugares en donde ha estado, le abren las puertas, pero luego le roban, lo maltratan. Da mucha impotencia. Pensar que nosotros pasamos frío adentro de una casa, y no me quiero imaginar, lo que ha pasado él, en la calle. Gracias a Dios, este invierno lo pasó bien. Él tiene las puertas abierta de mi casa”, expresó la familia al portal entrerriano El Once.
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