Flavio Mendoza presentó, el lunes último, en el Teatro Broadway, su espectáculo “Stravaganza Tango. Sin reglas para el amor”, donde conviven disciplinas circenses, tango, malambo y reflexiones sobre el amor, junto a una muy buena banda de músicos en vivo.
Las cámaras de televisión de diversos programas ocupaban una suerte de podio a la entrada del teatro del centro porteño, rodeado por vallas, y desde allí las figuras televisivas que iban entrando a la sala charlaban a cámara, vestidas en su mayoría de estricta gala.
Detrás del cerco se agolpaban periodistas de medios no televisivos, junto a curiosos e invitados, mientras forcejeaban con el personal de seguridad, intentando ingresar, durante la fría noche del lunes.
Esa lógica de prebenda televisiva, también acompañó la disposición de las localidades, ya que un amplio sector vecino al escenario estaba destinado a los invitados vip -casi todos con pantalla-, quienes podían sentarse en mesitas con veladores y consumir bebidas, al estilo de los viejos café concert.
Las habituales filas del resto de la sala, remodelada especialmente para el show, sí podía ser ocupada por el resto de los asistentes, quienes accedían a observar el desfile de personajes como las modelos Valeria Mazza e Ingrid Grudke, más integrantes -actuales o pasados- de las huestes de Marcelo Tinelli.
Nicolás Vázquez encarna a un poeta llamado Virgilio encabezando el elenco junto a Gonzalo Costa, un histriónico transformista quien deviene en su musa, junto al solvente clown Emiliano Figuglietti Las bailarinas Gisella Bernal, Noelia Pompa, Adabel Guerrero, Ayelén Paleo y Andrea Ghidone, Ileana Calabró (y su madre Coca), Pepito Cibrián, Cecilia Milone, Lali Espósito y el diseñador Benito Fernández, fueron sólo algunos de los invitados.
En el show, Nicolás Vázquez encarna a un poeta llamado Virgilio encabezando el elenco junto a Gonzalo Costa, un histriónico transformista quien deviene en su musa, junto al solvente clown Emiliano Figuglietti, fiel compañero de Vázquez en la pieza.
La trama gira en torno de los tres protagonistas, quienes emprenden una travesía en busca de la inspiración creadora, un itinerario capaz de mezclar arbitaria y recargadamente números de malambo y boleadoras, canciones en vivo, tango y acrobacias.
En esta suerte de carnaval ecléctico, los diversos números están separados uno de otro por apariciones en escena del trío protagónico que con un discurso explicativo -a veces con cierto humor- detalla conceptos acerca del amor, la diversidad y el desengaño.
La mayoría de los cuadros se desarrollan con una gran pantalla de video como telón de fondo, proyectando ampulosas imágenes de figuras icónicas de lo amoroso para subrayar aún más el tono sentimental de la pieza.
El tango, durante más de dos horas, parece oficiar de excusa para reflejar el amor y sus diversas formas, alejadas del tradicional esquema de “chico conoce chica”, en una historia signada porjuegos de palabras.
Así, el salón donde se desarrollan las acciones se llama “Roma”, y se convertirá en “Amor” según pasen los minutos, mientras que los tres personajes surgidos de la búsqueda creativa emprendida por Vázquez tienen nombres con reminiscencias tangueras.
Los bailarines que encarnan a Malena (Melina Greco), Floreal (Sebastián Acosta) y Astor (Ariel Caramés), componen un triángulo amoroso, que da pie a más aclaraciones verbales sobre los vaivenes del afecto.
ESTRENO
Flavio Mendoza hace de “Stravaganza Tango” un “Grandes Valores” de hoy
Presentó, el lunes último, en el Teatro Broadway, su espectáculo “Stravaganza Tango. Sin reglas para el amor”, donde conviven disciplinas circenses, tango, malambo y reflexiones sobre el amor.
COMENTARIOS