Miles de personas aguardaron detrás de las vallas en La Croisette, por más de cinco cuadras, el paso de las figuras que participaron en la función de gala de El pasado, el nuevo filme del cineasta iraní Asghar Farhadi, en el primer día soleado del 66º Festival Internacional de Cine de Cannes.
Jornada de producciones de larga duración, en esta ocasión la franco-iraní El pasado, de Asghar Farhadi, y la china Un toque de pecado, de Jia Zhang-ke, ambos con puntos interesantes, no obstante sin lugar a dudas la primera se lleva el mejor puntaje de la prensa acreditada.
Si bien los primeros filmes de la competencia oficial de Cannes preanunciaban más y mejores ofertas, no pasaron más de veinticuatro horas para que la pantalla de la sala Lumière brillara con El pasado, el segundo filme de Asghar Farhadi.
Con la misma intensidad y singular lenguaje, el cineasta que ganó un merecidísimo Oscar por Una separación, con su sexto largometraje vuelve a la carga con un tema sobre las tensiones de los lazos familiares que son moneda corriente en la disfuncionalidad de los tiempos que corren.
Sin embargo, pocos cineastas en los últimos tiempos tuvieron la cintura de Farhadi al hacerlo como ocurrió con Una separación y ahora con El pasado, que dejó sin palabras a la mayoría de los críticos e invitados que llenaron la primera función de la mañana.
Se trata de una historia intimista, la que se inicia con la llegada a París de Ahmad, que arriba a la ciudad para encontrarse con Marie, su exesposa francesa que lo llamó para formalizar la etapa final del trámite de divorcio, viaje que él piensa aprovechar para tomar contacto con Celine, la hija adolescente de ambos, a quien no visita desde hace cuatro años.
Nadie parece feliz o algo parecido en esta historia, porque acaso la felicidad, según Farhadi, es algo muy difuso en el universo de las relaciones en donde de pronto son solo luces fugaces en un trayecto donde prevalece la sombra, la nostalgia y la melancolía; y muchas veces, más de las deseadas, simplemente el dolor de la insatisfacción y la culpa.
María, que es empleada en una farmacia, vive con su hija mayor y tiene nueva pareja, Samir, dueño de un lavadero de ropa, que a su vez lleva consigo a dos hijos pequeños de su matrimonio anterior, todavía no resuelto, porque su esposa intentó suicidarse.
Sin embargo, la mujer solo consiguió entrar en un coma profundo del que es probable nunca saldrá, un hecho que se convertirá en el detonante de todos los conflictos de estos personajes que no son otra cosa que gente común que trata de vivir.
En verdad y como es lógico, los hijos juzgan a sus padres, y estos solo pueden recriminarse decisiones, echarse culpas o en el mejor de los casos asumirlas, no obstante son conscientes de que no podrán modificar ese pasado que les pesa, ni decidir del todo su futuro.
Solo un cineasta riguroso como Farhadi puede darse el gusto de sostener un drama profundo como este por más de dos horas. (Por Claudio D. Minghetti).
EL 66 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE CANNES PARECE DESCUBRIR A SU FAVORITA
"El pasado" del iraní Asghar Farhadi conquista el aplauso de la crítica
Protagonizada por la franco-argentina Berenice Bejo ("El artista") y Tahar Rahim ("Un profeta"), esta copodrucción franco-iraní dejó ampliamente satisfechos a los invitados a la primera exhibición.
COMENTARIOS