El argentino Matías Piñeiro concursa en la Competencia Internacional del 15º Bafici, que comenzará mañana, con Viola, una inteligente comedia de enredos que abreva en la obra del británico William Shakespeare para “narrar la complejidad de lo ambiguo” en relación a los sentimientos de una serie de personas y los hilos de seducción que se tejen entre ellos.
La nueva película del autor de El hombre robado, Todos mienten y Rosalinda combina el espíritu dinámico y fluido de diversas obras de Shakespeare, especialmente una escena de la obra Noche de reyes, y mantiene un vínculo directo con la primera experiencia teatral del director en el ciclo Óperas Primas 2011 del Centro Cultural Rojas, donde puso en escena sus "shakespereadas".
El filme, que viene de competir en Berlín y se exhibirá cuatro veces en el Bafici, concursará en la misma sección con otros dos títulos argentinos: Leones, de Jazmín López, y Acá adentro, de Mateo Bendesky.
Viola sigue las aventuras sentimentales de dos mujeres: una es una actriz (Agustina Muñoz), que encarna a Viola en los ensayos de la puesta en escena de una obra de Shakespeare, mientras que la otra (María Villar) es una joven llamada Viola, que hace reparto a domicilio de copias de películas en DVD, un pequeño emprendimiento comercial que lleva adelante junto a su novio.
En el filme fluyen gratamente el amor, la seducción, los sentimientos encontrados, las intrigas, las dudas, las idas y vueltas y las diversas formas de interpretar el interés de una persona hacia otra, pero lo interesante del filme es la forma orgánica en la que Piñeiro mezcla la vida de sus protagonistas con la de los personajes que encarnan en los ensayos de la obra que están preparando.
-¿Quién es Viola y qué papel juega en la película? ¿Qué importancia tiene el pasaje permanente de elementos y roles entre los personajes?
-Viola es Agustina Muñoz y María Villar al mismo tiempo, es un movimiento, dos fuerzas que complotan alrededor del libre albedrío en sus vidas sentimentales. El pasaje permanente de elementos es la manera de expresar la dinámica de lo humano que Shakespeare propone en las obras que más me gustan de él.
-¿Cuál sería tu conclusión acerca del amor y de las diferentes formas de abordarlo?
-Que no concluye justamente, que todo circula, que está en movimiento y avanza, según la voluntad del hombre, hasta que en un momento ya no más, definitivamente. Cada película mía será una variación de este movimiento y, todas juntas, una gran conjunción que espero que resulte estimulante.
-¿Cuál es tu interés por Shakespeare y su producción literaria?
-Con Shakespeare buscaba en principio un modelo para la composición clásica y a cambio encontré algo mejor: un material vivo, que sigue actual, más abstracto de lo que yo presuponía gracias a su ambigüedad siempre vital. Me interesa la palabra, su densidad y sus múltiples sentidos. Me gusta ver gente hablar.
-¿Cómo elegís a tus actrices?
-Este proyecto comenzó porque encontré que las actrices con las que me gusta trabajar están en consonancia con los roles que Shakespeare propone en sus comedias.
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